Gas i Xampany. Dícese de la filosofía automovilística practicada por un grupo de pilotos aficionados, cuya única intención es disfrutar y acumular nuevas aventuras que compartir en la siguiente cena mensual.
Desde que conocí a Jaume Casals y Xevi Font, orgullosos miembros de la “congregación” Gas i Xampany, no dejo de pensar en cómo de divertido y popular sería nuestro deporte si gente como ellos fueran los que ocupan puestos de responsabilidad. Tener coches bonitos, prepararlos en casa y salir a competir de vez en cuando. ¿Qué más se puede pedir?.
Y es que en la comarca barcelonesa de Osona y aledaños existe tal pasión, que son muchos los aficionados 100% amateur con un claro gusto por los rallyes clásicos. Y la historia del Renault Alpine A110 1100 FASA de Jaume es la primera de muchas que nos podrían explicar.
El Alpine A110 y el rally: una conexión que nació en los 60
«Osona es tierra de motor. Aquí siempre ha habido actividad automovilística, tenemos un rally con cinco décadas de historia y unos tramos que fueron mundialistas como La Vola, La Trona, Casamiquela, La Costa dels Gats…», explica Jaume, quien reconoce que durante muchos años La Trona ha sido su lugar favorito para poner a puntos los coches.
Fruto de esta afición y después de mucho empeño, hace unos años le surgió una oportunidad: adquirir un Alpine A-110 1100 FASA con una clara vinculación con este territorio. Porque si ya de por si este es un modelo complicado de encontrar, lo es todavía más una unidad con pedigrí como esta, que fue propiedad durante más de cuatro décadas del histórico presidente de la Escudería Osona y Vicepresidente de la Federació Catalana d’Automobilisme, el Sr. Joan Antoni Mirabent.
«Él compró este Alpine en 1968, el año de fundación de la Escudería Osona, y decidió usarlo para participar en el I Rally Osona celebrado en 1969«, nos explica Xevi, el copiloto de Jaume.
Las pocas fotos y documentación de la época no engañan, el Alpine A-110 con matrícula B-602475 corrió aquel rally con el dorsal 33 estando entonces de estricta seria. En los meses siguientes se le ensancharon los aletines, que mantiene actualmente, y participó en otras pruebas como el Rally de La Llana, el Rally 2000 Viratges o el Rallye du Vallespir.
A partir de aquí, nunca más compitió, y solo se recuerda que fue expuesto en Barcelona durante la celebración del 25º de la Escudería Osona. Desde entonces estuvo guardado con sumo celo hasta que Jaume lo adquirió.
Alpine A110 FASA: un clásico con mucho valor
«Cuando lo compramos, el coche estaba por restaurar y parado, pero bien cuidado. Había tenido muy poco uso, menos de 40.000 kilómetros según el marcador», comenta Jaume.
Este es uno de los 528 A-110 1100 fabricados por FASA Renault en Valladolid. Fue matriculado a principios de 1968, en un momento en el que aquel chasis tubular con carrocería de fibra de vidrio era toda una rareza.
Las prestaciones de este biplaza lo hacían además muy atractivo (600 kgs. de peso y entre 66 y 70 CV de potencia), aunque su precio de casi 200.000 pesetas lo dejaban al alcance de solo unos pocos.
Antes de ponerlo de nuevo en funcionamiento, se tuvo en cuenta su valor histórico, siendo muy raro encontrar unidades del A-110 1100 FASA España con tan pocas modificaciones.
Lo más importante fue reconstruir la carrocería, ya que la fibra de vidrio no envejece nada bien.
Esta tarea la llevó a cabo un especialista y se aprovechó para repintar el coche en el mismo color rojo original.
Jaume afirma que «está tan original como nos lo encontramos. En el interior es todo de origen excepto volante, asientos y cinturones, que de todos modos se puede ver que son también de época. La mecánica es la de serie y simplemente la hemos revisado, y algo interesante es que monta amortiguadores Koni originales, a diferencia de la mayoría, que suelen llevar los Selex que tanto se usaban en aquel momento».
Con su pintura impoluta y esa sensación de «usado» que tan bien sienta a los clásicos, este Alpine es sin duda un coche que ha envejecido excepcionalmente bien. Así que aprovechando esta situación, Jaume y Xevi no pudieron resistirse a darle una segunda juventud.
Con un Alpine A110 1110 al Rally Osona
«En cuanto estuvo a punto, quisimos sacarlo a rodar en algunas pruebas de Regularidad. El momento de más actividad fue cuando corrimos la Copa Catalana de Regularitat en 2014 e incluso hicimos el Rallye du Vallespir, donde me encontré con aficionados locales que se acordaban de haber visto corriendo el coche en la época. ¡Increíble, lo admiraban más que aquí en casa!», explica Jaume.
Pero el gran reto se lo reservaban para 2018: participar en el 50 Rally Osona, para conmemorar el medio siglo de vida de la prueba y de la escudería con un coche que corrió en la primera edición. La celebración del aniversario era ineludible.
Así que Jaume y Xevi se plantaron en Vic, como 50 años antes lo hicieron Mirabent/Sala, y arrancaron un rally duro por los tramos, por el día y medio de duración y por el calor reinante en pleno mes de julio.
Era un trato justo: Jaume Casals creía que el coche se merecía regresar a esta prueba, y por la importancia de este, la organización les acogió con los brazos abiertos, por no hablar de los familiares y amigos presentes.
Compitieron en Regularidad Sport, modalidad con medias de entre 50 y 55 km/h aproximadamente. El rally fue intenso pero acabaron sin mayor impedimento que el de penalizar por superar las medias marcadas por la organización.
Explica Xevi desde el asiento derecho que “penalizábamos por todos los lados, ya que lo importante era que la gente viera el Alpine y que todos lo pasáramos bien. Claro, este no es el Seat 850 Coupé con el que competimos en otras pruebas y con el que tenemos que ir a tope para acercarnos a las velocidades impuestas”.
Añade Jaume que “nuestra filosofía es la de divertirnos con los rallyes, entonces cuando no tengo al copiloto pidiendo que dé más gas, ¡me aburro!. Y cuando entras en La Trona con un coche así, es difícil que vayas a ir a mantener la media…”.
Muy remarcable es el hecho de que el Alpine A110 aguantó perfectamente la exigencia del asfalto y las altas temperaturas. Así, no hubo que tocar ni cambiar nada ni antes ni después de la carrera.
Las conclusiones son muy claras para piloto y copiloto: competir hace 50 años con un coche así era de auténticos valientes. No olvidemos que en aquel momento los tramos estaban muy mal asfaltados (si es que lo estaban), el casco era un objeto de atrezzo y no se llevaban barras ni arneses.
Un futuro muy tranquilo por delante
Cuando quedamos para conocernos y fotografiarlo, el coche estaba todavía tal y como acabó el último rally, conservando incluso las pegatinas.
Aun así, Jaume reconoció que su espíritu de buscar nuevas experiencias sigue intacto, algo que significa que al diminuto A110 1100 le espera un futuro bastante menos ajetreado.
“Con el Alpine hemos cumplido un reto que era muy bonito, y lo hemos disfrutado al máximo. Pero ahora seguiremos mirando hacia adelante. Este coche ya tiene un sucesor en camino y su destino ahora es el de entrar en letargo y descansar.
Tal vez lo saquemos esporádicamente, tal vez no. Lo único seguro es que lo seguiremos respetando y manteniendo al día, para preservar y respetar su historia durante muchos años más.”
Como decía al principio, Jaume y Xevi se rigen por una filosofía muy especial de la que todos tendríamos algo que aprender. Ante todo, agradecerles la amabilidad por contarnos su historia y…
¡Gas i Xampany por muchos años más!
Texto: Sergi Blasco.
Fotos: Sergi Blasco, Aitor Domingo, Archivo Jaume Casals. Todas las imágenes son propiedad de sus autores originales. Todos los derechos reservados.
