Texto: Sergi Blasco
Fotos: Archivo ForoCompeticion
En febrero de 2014 se celebraron en Portugal las 24 Horas de Braga, la segunda edición de un formato de carreras de resistencia low-cost que derivó años después en las conocidas 24 Horas de Ascari. La competición era sencilla: se aceptaba cualquier vehículo de más de 20 años y una potencia máxima de 200 CV, siempre que fuese gasolina atmosférico.
Varios de los componentes que ahora formamos RetroRacing.es fuimos pilotos por un día participando en aquella carrera, y lo hicimos como parte del ForoCompeticion Endurance by Fastpiston, un equipo amateur creado por foreros de varias partes del país (catalanes, gallegos, riojanos y asturianos), que vimos en este evento una oportunidad de cumplir nuestro sueño de debutar en competición.
El resultado fue un irrepetible proyecto que a lo largo de varios meses, nos llevó a poner a punto un vehículo de serie y convertirlo en un automóvil de carreras. Y no un vehículo cualquiera, pues nuestro BMW 528i E28 se convirtió en uno de los coches más carismáticos de la prueba, e incluso Gulf España se sumó a nuestro proyecto esponsorizando nuestra participación. Y por supuesto, con grandes dosis de nervios, emoción… y drama.
Este reportaje sirve de homenaje a aquel proyecto que recordaremos para siempre. Una pequeña manera de mantener online todas nuestras vivencias, fotos y vídeos ahora que la web/foro que nos unió, www.forocompeticion.com, ha dejado de estar operativa.
¡Esperamos que lo disfrutes!
Fase 1: Elección y preparación del coche (BMW 528i E28)
Para competir en Las 24 Horas de Braga 2014, una vez que amigos como Pepe nos habían plantado la semilla de participar en la prueba, necesitábamos antes de nada un coche. La situación en aquel momento era muy diferente a la actual, y muchos cotizados coches clásicos actuales eran entonces poco más que "chatarras".
Así llegó a nuestras manos, tras las gestiones de Jaume, un BMW 528i E28 de 32 años de antigüedad a la que apodamos cariñosamente "Ángela".
Teníamos apenas 3 meses, de noviembre a febrero, para preparar el vehículo en Barcelona y enviarlo a Portugal.
Empezamos con un vaciado del coche, eliminando absolutamente todo lo sobrante en la carrocería. Siendo un Serie 5, por muy del ’81 que fuera, ya era un señor BMW en su momento, así que mantenía todo tipo de tapas, cubiertas, plásticos, aislantes, fibras, lonas, tapizados...
Poco después se instaló una jaula antivuelco (que semanas antes de la carrera deberíamos retirar para instalar otras) y Jaume narraba así sus primeros kilómetros al volante: "Creedme, se me acabó la recta en 5a a fondo y aún me quedaban unas 1.500rpm para estrujar el motor, así que supongo yo que tendríamos más que suficiente. Lo que también advertí, es que a pesar de la cura de adelgazamiento, este 2.8 litros 6 en línea tragaba… en 50km a ritmo decente calculo que se me pulió unos 10€ de sopa..."
Este fue el vídeo con el que presentamos el coche a amigos, familiares y foreros, con intención de empezar a sumar sponsors al proyecto:
Pero las semanas empezaron a pasar y a poco más de un mes vista, el coche todavía no era más que un automóvil de calle vacío y con barras, así que katapiro, erigido ya Team Manager del equipo, cogió las riendas y definió el escenario a seguir:
- Para empezar, jugó a ser matemático y dividió la carrocería del coche en diferentes segmentos, para que cada patrocinador supiera dónde se mostrarían sus logos en función de la cantidad aportada.
- Trabajó para que muchos sponsors no donaran dinero, sino piezas mecánicas que necesitábamos.
- Se decidió que el coche iría en grúa hasta Galicia, donde otros integrantes del equipo acabarían su puesta a punto.
Durante las tres semanas previas a la carrera empezó una auténtica contrarreloj en Galicia: se cambiaron suspensiones, frenos, se realizó una revisión a fondo, se prepararon nuevas barras antivuelco y por supuesto, se pintó el coche con los colores de Gulf.
katapiro, Eloy y Richi fueron los encargados de estas tareas hasta que, el jueves previo a la carrera, aterrizamos por las Rías Baixas el resto de componentes: Gorgias, Marco y un servidor. Desafortunadamente, para entonces Jaume había tenido que desistir de su idea de estar en la carrera.
Fase 2: Últimos preparativos y llegada al circuito de Braga
A menos de 24 horas de tener que estar en el circuito, nos encontrarnos por primera vez todos los miembros del equipo en un mismo lugar. Katapiro se había traído más de una decena de cajas de cartón enormes cargadas de los más inverosímiles cachivaches que podríais imaginar, además de merchandising. Yo, por mi parte, llegaba directo de tierras británicas donde estaba de Erasmus con apenas una mochila al hombro y mi cámara de fotos. Claramente, no sabíamos dónde nos metíamos.
Por su parte, Ángela había cambiado radicalmente desde que yo la subiera a una grúa en Barcelona poco más de 20 días antes. ¡Por fin parecía un coche de carreras!
Y ya cuando Eloy arrancó el motor 2.8 de más de 180 CV y 30 años a la espalda, no solo empezaron a temblar los escapes laterales (libres) que había preparado, si no también nuestras entrañas y las paredes del taller… ¡cómo sonaba! En ese momento vimos que sí, que la cosa iba en serio.
A 12 horas de partir hacia Portugal, el coche no tenía el bacquet colocado, le faltaba el parabrisas y no tenía ni una pegatina puesta… nos esperaba una noche MUY larga.
Sin tiempo para pensar demasiado, katapiro abrió una de sus múltiples cajas y de ahí salieron decenas de pegatinas de patrocinadores que esperaban a gritos ser colocadas en su posición de combate. Tampoco faltaban, por supuesto, todo tipo de pegatinas de Gulf, parte importantísima de que nuestro proyecto se acabara haciendo realidad.
Allí empezó nuestro “Master en colocación de pegatinas y vinilos en vehículos de competición”. Una odisea que se alargó hasta bien entrada la madrugada.
Al final, más allá de las 4 de la madrugada y habiendo parado solo para disfrutar de unas merecidas raciones de pulpo a la gallega, Ángela tenía la mayor parte de las pegatinas en su sitio, y lo cierto es que ¡tenía un aspecto espectacular! Pues a dormir… durante 3 horas.
Porque para la mañana del viernes, con un tiempo de perros y lloviendo a mares en Galicia, Talleres Lustres, donde nos encontrábamos, se iba a convertir en el epicentro de los mecánicos de media provincia. Así, antes de las 9 de la mañana volvíamos a estar cuatro miembros del equipo poniendo pegatinas, los chicos de Glassdrive colocando un parabrisas nuevo, el jefe de taller equilibrando nuestros 8 neumáticos recién llegados y el resto puliendo mil detalles.
También recibimos un regalo por parte de Ana de DeGanchillo.es en forma de unos gorros de ganchillo personalizados con los colores Gulf, que fueron una auténtica revolución en el paddock, ¡y lo bien que nos fueron para soportar el frío!
Y sin apenas darnos cuenta, la grúa llegaba y nos advertía que era el momento de que Ángela subiera a la plataforma y empezase el viaje de verdad, el que nos llevaría hasta el Circuito de Braga en la tarde del viernes. Muchas cosas habían salido mal, desde el primer al último momento, pero la esperanza y la ilusión ganaban por goleada al cansancio y el gafismo acumulados.
Katapiro y yo fuimos los “afortunados” de realizar el viaje hasta Braga junto a nuestro amigo gruista, con divertidas anécdotas como tener que bajarnos a empujar la grúa para arrancar después de poner gasolina, perdernos varias veces ya llegando a Portugal o experimentar las humedades de una grúa cuyo suelo empezaba a parecer un pantano.
En el circuito, aún con una lluvia y frío incesantes, los chicos de Fansi Motorsport (los organizadores del tinglado) ya nos esperaban para darnos la llave del box que íbamos a ocupar para empezar a descargar todo el material. Esa era la buena noticia. La mala era que esos boxes tenían unas goteras que asustaban… seremos sinceros, el Circuito de Braga no está hecho para albergar pruebas en esa época del año.
Fase 3: Primeras vueltas y entrenamientos con nuestro BMW 528i E28
¡Y ahora sí, empezaba la aventura! Viernes tarde, la luz natural se esfumaba, al coche aún le faltaban pequeños retoques, pero ya estábamos los cinco pilotos (Gorgias, Sergi, Marco, Eloy y Richi), además de katapiro como jefe de equipo y Bea y Nacho como ayudantes de lujo para lo que hiciera falta.
¡Ya solo quedaba arrancar y salir a pista por primera vez! ¿Quién tendría dicho honor, con un circuito inundado y un coche que no había conducido nunca?
Richi se enfundó en su mono para afrontar un primer par de vueltas para despertar a Ángela. Las sensaciones fueron buenas, aunque llegar a final de recta y que el coche se hundiera literalmente en un charco gigante no era la mejor bienvenida.
Tras dos vueltas, Richi entraba a boxes y era mi turno.
Primera vez que conducía un tracción trasera, en un circuito desconocido, condiciones climáticas pésimas, botines empapados, un limpiaparabrisas inutilizado y los nervios a flor de piel… ¡a la aventura! Lo cierto es que me tomé mis 3 vueltas con muchísima prudencia, disfrutando lo justo y sufriendo para ver hacia dónde iba la siguiente curva.
De nuevo parada en boxes y turno para Gorgias, más que emocionado con su casco+verdugo y ya casi de noche. De nuevo unas pocas vueltas para conocer el coche, jugar con él y perder el pomo del cambio de marchas en plena acción
«…Jamás olvidaré ese momento de estar sentado el viernes, con los arneses apretados y listo para salir a pista en un coche de carreras. Un coche que no conocía ni había probado antes, en un circuito que no conocía ni había rodado antes, con unas ruedas que jamás había calzado antes, de noche con unos faros un tanto escasos, con una lluvia torrencial y un circuito con unas balsas de agua impresionantes, rodeado de taitantas personas chaladas en mi misma situación (cuando salía del pit lane y atravesé la piscina que era eso, pensé un «ya me he salido¿?¿? Voy a morir!!! Yuju!»
Eso era el paraíso!!! Acaso se puede pedir algo más¿?¿? Jamás olvidaré esas sensaciones, esa ilusión y esa emoción. Y desde luego que pienso volver a repetir en cuanto haya ocasión!!!»
El último en montar fue Marco. Dio sus vueltas tranquilo, sin sustos y volvió al box. Bueno, también hizo su primera excursión por la hierba del fin de semana, volviendo con algún kilo de lastre en forma de barro pegado al parachoques trasero…
Ahora sí, tras dos días sin apenas dormir, cerrábamos el box y nos íbamos a descansar lo que se pudiera. Lo mejor estaba por venir.
Fase 4: Arrancan las 24 Horas de Braga
El sábado, día de la carrera, en el circuito se respiraba un ambiente espectacular. En los boxes se trabajaba a tope, el pit lane se llenó de participantes y curiosos, los equipos arrancaban los coches y paseaban de un lado al otro…
Esto pintaba bien y nuestro coche, pequeños detalles a parte (los “riñones” BMW no se iban a poner, el agua de los limpias no salía…) también estaba listo para dar guerra.
De nuevo, volvíamos a asustar a medio paddock cuando la bestia empezaba a rugir. Nuestro coche era uno de los más veteranos de la prueba, y casi seguro el más llamativo.
¿Quién no iba a animarnos al vernos sobrevivir entre Golf MK3, Peugeot 205 y similares?
Cabe destacar también que el nivel de los rivales no era el que esperábamos: en las 24 Horas de Braga se habían dado cita no solo aficionados como nosotros, también equipos semiprofesionales con gente como Óscar Fuertes al volante o gentlemen drivers con enorme experiencia a sus espaldas.
Es decir, la preparación era muy superior a lo esperado en un "evento social low-cost". Había mecánicos profesionales, coches de reserva solo para piezas... estaba claro que entre los 32 equipos presentes, nuestro lugar iba a ser en la parte baja por nivel de pilotos y de preparación, ya que "Ángela" no dejaba de llevar una preparación mecánica de lo más básico.
Antes de la carrera pasamos por la sala de briefing, donde disfrutamos durante una hora del “espectáculo” que nos ofreció dirección de carrera, modificando varios puntos de un reglamento que parecía que no se habían mirado hasta esa misma mañana. Reír nos reímos mucho, pero nos volvieron locos en nuestra ya de por sí estresante aventura.
Finalizado el briefing, nos tocaba correr hacia boxes ya que la sesión de warm-up/clasificación iba a ser un suspiro y todos debíamos probar el coche… pero antes… antes… momentazo para los novatos, ¡colocábamos el dorsal de la carrera en el coche!
Acabada la clasificación notábamos ya las mariposas en el estómago, estábamos raros, algo que hizo que me costara muchísimo esfuerzo que los compañeros me hicieran caso y… pasáramos al momento de las fotos de equipo.
Dicho y hecho, todos enfundados orgullosos en nuestros monos y listos para posar como auténticos profesionales de la materia, juntos y por separado. ¡Foto directa a la pared de mi habitación!
Destacar la buena acogida que tuvo nuestro BMW 528i E28, y que ya a media mañana habían sido muchos los rivales o visitantes que habían pasado a desearnos suerte por competir con dicha “máquina”. Fuera por la mítica decoración o por rodearnos de “jovenzuelos” con semejante clásico, nos subieron mucho los ánimos, especialmente nuestros amigos y vecinos de box BMW FAQ, que estaban atentos a nuestros progresos e informando puntualmente en su foro.
Todo era idílico: el tiempo, las fotos, el coche… estábamos en una nube hasta que…. ¡VENGA VA, QUE TENÉIS QUE SALIR A PISTA QUE LA CARRERA EMPIEZA!
Así que me callo de momento y dejo que Richi, el único que disfrutó de Angela en todo su esplendor, nos cuente lo que ocurrió a partir de las 13.30, momento en que se daba la salida:
Un sueño hecho realidad. Aunque el coche durara lo que duró, da igual, no importa. Para mí todo lo que sufrimos ya mereció la pena en el momento en el que me dijeron ¡tienes que salir a pista!
-“Rápido, mis guantes!”
-“ El micro, el micro…!!”
-“Recuerdas lo que hemos hablado?
-“No, no sé de qué me hablas! Leave me alone, I know what I’m doing!”
Vaya nervios en esos momentos. Y ahí estaba yo, que ya sólo con verme vestido con el mono ya estaba emocionado…
Durante la vuelta de formación no pensaba en nada, estaba en blanco. Sólo quería no cagarla en la primera curva, aunque fuera salida lanzada. Me olvidé de frenos, de neumáticos, de la radio…sólo estaba escuchando el rugido de ese 2.800 cc de BMW, que respondía al movimiento de mi pie derecho.
Tras colocarme detrás del que me precedía (ya ni me acuerdo lo que era) y acercarme a la última curva antes de meta, de repente oigo a Katapiro, nuestro team manager, que me preguntaba por la radio si todo iba bien. De repente, la fila se estira. Ups, esto arranca? Si, no? mierda, acelera!!
Cruzo la línea de meta y veo todas las crestas naranjas saludándome desde el muro. Sí, efectivamente, esto ha comenzado. Iba irremediablemente hacia esa primera curva que tanto miedo me daba, ahí me acordé del Destruction Derby y demás familia…pero no, la gente frenaba bien, sin problemas, nadie quería líos en esa primera curva. Debe ser que no era yo el único que soñó con ese momento. Espejo, espejo, y encuentro mi hueco sin problema.
De repente, noto que me he quitado un peso gigante de encima. He pasado ese temido momento, veo que nadie me ha pasado por encima y que los de adelante no se me escapan.
De todas maneras, en seguida iba a comprobar que aquello no iba a ser nada fácil. El coche era una gozada, un juguete divertido como pocos, el hecho de no llevar autoblocante lo magnificaba todo, en lo bueno y en lo malo.
En las curvas amplias tenía que ir conteniendo el gas, notaba como el coche quería sacar el culo de su sitio, y en las curvas lentas quería llegar alto de vueltas para poder salir en condiciones. Aunque el coche respondía bien en bajos, no podía dormirme en los laureles. Los de atrás apretaban de lo lindo y tenía que llegar fuerte y salir fuerte. Vaya meneítos!!
Encuentra miniaturas de este coche
Ahí es donde me empecé a acordar entonces de lo que habíamos hablado. “No reduzcáis demasiadas marchas en las frenadas, y si lo hacéis, punta-tacón. El coche es muy nervioso”. Ese fue el mensaje de Jaume antes de la carrera.
Y yo…”a ver…punta-tacón…uy, un AX por la izquierda…esto, sí, la punta-tacón… el Clio me mete morro!!”. No estaba para florituras, a practicar el punta-tacón en casa, ahí estaba empezando a notar la presión de una carrera de verdad.
Empecé a pensar en que aquello era muy largo y tenía a 4 pilotos más esperando en el box por su turno, así que había que evitar cualquier percance como sea. En un par de vueltas me dediqué a no bajar a más de tercera, a colocar el coche antes de dar gas en las salidas…pero entonces veía que ya me empezaban a meter el morro demasiado, y también a sufrir los primeros adelantamientos.
Pasadas unas 15 vueltas, el coche quería salir atravesado en todas las curvas. Hasta en semirrectas! Qué pasa? Me estoy quedando ya sin ruedas? O es que estoy ya metido de verdad en carrera, batallando, y no me doy cuenta? El caso es que en la salida de una curva rápida para recta ya salí cruzado, y aunque mantuve gas, ya era demasiado y me pegó un trallazo el coche que me hizo dar tres contravolantes fuertes.
Menos mal que esto ocurrió delante de un comisario, ya que quedé empanzado en la hierba. Vino corriendo y me sacó. Un tío majo, así que no quise dar mucho gas para no ponerle hasta arriba de barro.
Sólo salí de la hierba, apreté el botón de la radio, y le grité a Kata: “de quién fue la idea de coger un traseraaaa!!” En el fondo era una mezcla de susto y gozo. Estaba corriendo en competición! Yo!
Este incidente me costó 4 posiciones, pero al menos el coche salió ileso. Mi primer lance de carrera salvado! Quién me iba a decir a mí que en un par de vueltas, en mitad de una curva rápida, me iba a encontrar a dos tíos cruzados. En ese momento es cuando aluciné de verdad con los frenos de competición, maravillosos. Frenazo y volantazo a la hierba!
En ese momento estaba ya frenético. Sudaba a mares, espejo por aquí, espejo por allá… Hasta que de repente y sin más noto al coche sonar diferente. “Uuuuy…no me gusta”. Me acerco a la recta de meta, meto cuarta, quinta…y no, esto no va como antes! Otro volantazo…al pitlane.
Fase 5: El desenlace de nuestra primera (y desafortunada) carrera
Y aquí vuelve Sergi a retomar el hilo. Sin duda Richi lo pasó en grande, pero el resto del equipo desde el muro de boxes disfrutamos esos aproximadamente 50 minutos de una manera muy especial, casi con la lagrimilla en los ojos. Muchos meses de esfuerzo que se veían recompensados viendo a nuestro coche manteniendo un muy buen ritmo en pista.
Durante esta parte nos movimos sobre la posición 26ª, aproximadamente donde habíamos arrancado. De haber mantenido el ritmo seguro que habríamos empezado a remontar pero… el motor dijo basta. El problema que Richi notaba era la rotura del balancín del primer cilindro, y dado que nuestro coche montaba un motor muy especial, no nos valían los recambios que pudimos encontrar.
Porque sí, en cuanto supimos del problema, katapiro y Marco salieron a buscar desguaces en los alrededores, pero la búsqueda fue infructuosa.
Así que aún con muchísimas horas por delante nos quedamos mustios, con los monos de trabajo puestos y los brazos cruzados… y con el coche empezando a ser usado para menesteres más bien poco racing, como hacer de mesa improvisada.
Pasaron las horas y el sol empezaba a caer cuando todo parecía perdido, hasta que Eloy, animado por varios compañeros y mecánicos vecinos, decidió que aún quedaba una esperanza para por lo menos seguir mostrando a Angela.
La solución pasaba por anular el cilindro del balancín roto, trabajando solo con 5. La posibilidad estaba ahí, y yo, “el que venía del Erasmus a correr la carrera” era el elegido para poner a Angela de nuevo en movimiento.
Pero mi experiencia no fue tan emocionante como la de Richi. Las ganas eran enormes y me pasé más de 40 minutos sentado en el bacquet con el casco y los guantes puestos, esperando pacientemente que el capó del coche se cerrase.
La espera fue larga y los chicos trabajaron de lo lindo, pero finalmente el box se abría de nuevo, Angela arrancaba con un sonido totalmente diferente y casi doloroso… ¡y todos los que nos vieron empezaron a aplaudir y animar, momentazo del fin de semana!
Pelos de punta mientras llegaba al final del pit lane, aceleré suavemente (la consigna era clara, ver si aguantábamos para unas cuantas vueltas cada uno) y… ¡el coche empezó a cortar a las 2500 rpm y no pasaba de 50 km/h!
Los rivales me venían encima y no hacía más que mirar retrovisores, poner intermitentes dando paso e intentar cambiar de marcha a ver si se soluciona algo. La vuelta más larga de la historia, y a boxes.
Pronto salí a pista de nuevo, por fin con un coche con el que como mínimo no me estaba jugando el pellejo. Así que a disfrutar lo que buenamente se pudo, porque faltaba muchísima fuerza en el eje trasero.
Pero allí estaba yo, rodando casi de noche como los pilotos que llevaba viendo desde que era un renacuajo… muy emocionante.
El momento más espectacular fue cuando en plena recta principal nos pusimos en paralelo con un Audi 100 y un Renault Clio… ¡que iba adelantando por la hierba!.
Una vez más lo comentado, aquello en muchos momentos no parecía una "resistencia social low-cost". Aquello era una carrera y muchos equipos la tomaban como tal.
Contento aunque con un ritmo muy inferior a cualquier otro coche, completé unas 10 o 12 vueltas en el malherido 528i y decidí volver a boxes para que el siguiente pudiera continuar en pista, pero justo enfrente del box el coche se caló al reducir marcha… malas noticias. Eloy lo revisó y descubrió que se había fastidiado la admisión.
Ahora sí, estábamos fuera de carrera definitivamente, para desilusión general.
Claramente, la poca preparación del motor fue un lastre demasiado grande, ya que por lo demás, el coche frenaba de manera impecable, la suspensión era perfecta y los neumáticos respondían perfectamente.
Pero presentarse sin apenas recambios y con poco más que un motor de serie nos condenó.
A partir de aquí el resto tiene poco que contar. La noche llegaba y con ella el frío invernal, así que muy a nuestro pesar cerramos el box y la mitad del equipo decidió irse a dormir a un hotel para recuperar fuerzas. Katapiro, Nacho, Marco y yo decidimos que de perdidos al río, pasaríamos la noche en el circuito.
Así que aquí nos tenéis, uno con el mono de piloto (¡se llevaron toda mi ropa al hotel!), el otro con el mono de Gulf… tras 3 días casi sin dormir, hechos polvo y paseando con un frío de narices por el circuito.
Por lo menos en el restaurante se estaba caliente y se comía bien, y fue una noche divertida, acabamos pasando unas horas de sueño arropados por Angela… ¡hasta que unos intrusos se presentaron en nuestro box para despertarnos y llevarse nuestras pastillas de freno!
Los intrusos resultaron ser los chicos de Fansi Motorsport, cuyo E30 pedía pastillas nuevas como agua de mayo. ¡Así que una parte de Angela sí que llegó a cruzar la meta!
Ya solo quedaba dar la bienvenida al domingo, en que aprovechamos para tomar fotos de todos los participantes que acabaron la prueba y, tristemente, cargar a Angela hacia su nuevo destino.
Terminaba así nuestra primera gran aventura automovilística. Después de todos estos meses y de muchas, muchas historias que no llegaremos a contar, las 24 Horas de Braga 2014 eran historia. ForoCompeticion, un foro formado por y para aficionados como nosotros, debutó en lo que más nos gusta, aunque no de la manera que habríamos querido.
El resto es historia: el coche quedó abandonado en una campa de la campiña gallega, el proyecto deportivo no continuó, le perdimos la pista... y hace solo unas semanas, vimos que estaba en venta por Wallapop reconvertido en un coche de drift, como parecen marcar los cánones de los E28. No vamos a compartir imágenes de su estado actual...
Quién sabe si tal vez algún día volvamos a ver a Ángela. De momento, algunos de nosotros la tendremos presente en nuestras vitrinas: aquella experiencia bien valía su réplica a escala 1/43.
Gracias por leer esta modesta historia, que en el fondo y a muy pequeña escala, incluye muchos de los alicientes que hacen grande a nuestro deporte.
Y gracias a Ángela, nuestro BMW 528i E28, por hacernos tan felices y hacernos sentir tan especiales durante una experiencia única para cada uno de los componentes de un equipo descentralizado, variopinto y anárquico la mayor parte del tiempo…
Si quieres saber más:
Esta es la crónica de Las 24 Horas de Braga