Circuitos

Calafat Revival 2020, el colofón a una temporada única

 diciembre 14, 2020

Por  Carlos Casimiro

Como punto final a la atípica temporada 2020, V-Line conseguía sacar adelante la cuarta edición del Calafat Revival en el circuito tarraconense. Cuatro carreras del Open Old Timer decidirían el campeonato, y otras cuatro carreras de regularidad completarían el evento que la promotora encabezada por Francesc Gutiérrez había preparado.

Madrugada del sábado 12 de diciembre: cargábamos el equipo y la ropa de abrigo y poníamos rumbo al Circuit de Calafat para disfrutar de una de las pocas oportunidades que hemos tenido este complicado año de ver a los vehículos históricos y old timers en pista.

¡Cómo nos gusta el Circuit de Calafat!

Visitar este circuito clásico del automovilismo español es una experiencia singular, antes incluso de entrar al recinto. Desde la propia carretera nacional que lo circunda puedes observar con total claridad gran parte del trazado, torre de control y edificio de boxes. Aquí ya empiezan las emociones fuertes, pues mantener la trayectoria del coche mientras tu cabeza gira subconscientemente en busca de esos primeros coches en pista, o el ambiente en el circuito, es una tarea complicada.

Una vez cruzas por el angosto túnel y transcurres a través del paddock, te topas de bruces con ese automovilismo de otra época. El Circuito de Calafat se alza ante ti como un complejo deportivo más cercano, más cálido. Piloto, mecánico, coche, periodista y aficionado comparten el reducido espacio, como antaño, y eso hace de este lugar un circuito digno de visitar y experimentar.

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Pasadas las 9 de la mañana poníamos pie en suelo catalán, la primera manga de entrenamientos libres ya estaba en marcha. Era momento de empezar a otear el horizonte en busca de esos vehículos que iban a protagonizar el día. Como no podía ser de otra manera en un evento de este tipo, los Porsche clásicos eran los más numerosos; varios Porsche 911de nuestros amigos de Nou Onze Team de primera y segunda generación estaban acompañados por un Porsche 914 y un Porsche 924.

Junto a ellos, los habituales del Open Old Timer; BMW 325, VW Golf MkII, los Civic de la familia García, el Renault Spyder de los franceses Pellefigue y Atkatlian, un Capri, un Garbi GTS e incluso un BMW E21 Alpina. Pero gran parte de las pocas miradas del paddock (pues el evento, debido a las circunstancias sanitarias actuales, se realizó a puerta cerrada) se iban para una figura azul, elegante y bajita, que reposaba a resguardo del edificio de boxes.

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Pero no había tiempo, los coches estaban en pista, la luz de la mañana era propicia y había que moverse en buscar de las primeras fotografías. Junto a Pablo de “El Acelerador” nos fuimos a recorrer algunas de las curvas cercanas al paddock, entre ellas la curva de la escuela, donde puedes realizar la foto mas icónica de este trazado.

Desde aquí puedes encuadrar en la misma composición al vehículo en pista y la central nuclear de Vandellós al fondo. Las escapatorias del segundo circuito permanente construido en España son dignas de ese año 1974 en el que se inauguró, por lo que la proximidad a pista es una autentica delicia para aquellos que estén acostumbrados a circuitos modernos.

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Pilotos y máquinas empezaban a tomar temperatura en estas mangas de entrenamientos libres. Carles Miró empezaba a hacer levantar la rueda delantera contraria al apoyo de su Porsche 911/930 Carrera 3.0, los motores VTEC de los Civic subían de vueltas con ese sonido tan característico, y los hermanos Gutiérrez (Francesc y Maggie) cogían ritmo con sus correspondientes Opel Ascona y Ford Escort mkII RS 2000.

Pero una parte de nuestro pensamiento seguía puesto en esa silueta al fondo del paddock “¿Por qué no sale a pista?¿Habrá tenido algún problema? ¿No va a rodar?”. 

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La llegada de los entrenamientos cronometrados disipó nuestros temores. Un estruendo recorrió el paddock, inmediatamente nuestras miradas apuntaron a aquello que lo generaba. Jordi Puig, al fin, había arrancado el poderoso motor V8 de su flamante Ford GT40, y con él se dirigía a pista.

Rápidamente nos acercamos a recta de meta, Jordi recorría las curvas de Calafat con cautela, hasta que tras los pinos que tapan la última curva del trazado, apareció el clásico americano. Pie a fondo, y con la velocidad de muchos deportivos actuales, pero el sonido atronador de otra época, pasó ante nosotros a tal velocidad que nos dejó dibujada una sonrisa boba en la cara que nos duraría toda la jornada.

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Tras el parón del mediodía, otro clásico del Circuit de Calafat hizo acto de presencia; el aire. Si bien la mañana ya había sido ventosa, por la tarde dobló de intensidad y aparecieron esas rachas de viento tan típicas del trazado catalán, y que hacen que hasta tu propia estabilidad en algún momento se vea comprometida.

Pero teníamos por delante 8 carreras, así que tocó abrigarse bien y saltar a parrilla.

Carreras del Calafat Revival 2020

A medida que caía y el sol, y la luz se tornaba en un bonito naranja, transcurría a un ritmo muy agradable y sosegado una carrera detrás de otra. Jordi Puig con el Ford GT40 no tuvo problemas y se impuso con autoridad en las cuatro carreras del Open Old Timer.

No sin dejar grandes imágenes en pista, pues esas estrechas y rayadas ruedas de finales de los años 60, se veían en apuros para soportar la increíble potencia del motor americano. Por detrás, Henri Pellefige y Edouard Atkatlian se abonaban al segundo cajón del pódium con el Renault Spyder Trophy, y el tercer puesto de las cuatro carreras se lo repartían Oscar Auñón, Raúl Cerrada y Albert Coll, con sus respectivos BMW 325i E36. 

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Las cuatro carreras de regularidad, de 40 minutos cada una, nos permitían disfrutar con más tiempo de los clásicos en pista, y de los diferentes rincones del Circuit. Aquí los pilotos tenían que ajustarse lo máximo posible a uno de sus tiempos por vuelta realizados en los entrenamientos, nunca rodando por debajo de 1´58´´00. Tocaba tirar de cabeza y pizarra en pit lane, para calcar ese tiempo preseleccionado.

Quien más se ajustara en las diez vueltas que se contabilizaban, se llevaría la victoria. En las dos primeras éste fue Carles Miró, con su 911 Carrera 3.0, y las otras dos se iban para los hermanos Alabart, David y Juan Antonio, con Volkswagen Golf GTI MkII

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Prácticamente sin luz, y con un aire cada vez más intenso, acababa para muchos y, para un servidor, la temporada 2020. Una temporada muy complicada y atípica, y en la que se ha echado muy en falta la compañía del público en los circuitos, dejando claro, si no lo estaba ya, que la afición es un pilar fundamental del automovilismo, y sin ellos y ellas las carreras de coches no tendrían razón de ser.

Dar la enhorabuena también a todo el equipo de V-Line por haber logrado sacar eventos como este cuarto “Calafat Revival” adelante. Esperemos que para la siguiente, ya en 2021, podamos volver a estar todos juntos y revueltos, rodeados de clásicos y disfrutando de lo que más nos gusta.

Texto y fotos: Carlos Casimiro. Todas las imágenes son propiedad de su autor. Todos los derechos reservados.

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Carlos Casimiro


Carlos es fotógrafo, es de Alcañiz y sabe mucho sobre el histórico Circuito de Guadalope. ¡Todo cuadra! En RetroRacing.es aportará sus conocimientos sobre el inolvidable trazado aragonés, pero también compartirá fotografías y reportajes de un territorio donde, según nos ha advertido, hay muchas historias del motor que explicar...

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