Circuitos

Así era correr la Citroën Saxo Cup en los 90

 noviembre 21, 2020

Por  Firmas Invitadas

De crío siempre me habían gustado las carreras de coches y motos, así que empecé a montarme las mías con el Scalextric, como tocaba en aquella época. Puede parecer una tontería, pero en aquellas carreras aprendí mucho sobre cómo correr contra otros. El piloto que llevaba dentro se iba formando paso a paso, aunque todavía faltaban unos cuantos años hasta que me pusiera al volante de un Citroën Saxo Cup, a finales de los años 90, para competir en una de las monomarcas de circuitos más recordadas.

En este reportaje os invito a recordar juntos cómo eran aquellos campeonatos, y a repasar cómo se vivía una temporada de un piloto totalmente amateur con un presupuesto muy ajustado, mientras competías al límite contra otros 50 pilotos. ¡Empezamos!

Texto: Javier Guerrero (@promotor_team) para RetroRacing.es

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Breve explicación sobre la Saxo Cup de circuitos

La Saxo Cup nació como una copa intermedia que se situaba entre la Clio Iniciación y la Clio 16v, que era algo más seria en coche y presupuesto. Por encima de todas estaba inicialmente la Supercopa ZX para pilotos con experiencia, con unos Citroën ZX específicamente desarrollados para correr y unas prestaciones cercanas al CET (Campeonato de España de Turismos), con pilotos y estructuras de un alto nivel.

El Citroën Saxo era un vehículo ideal para iniciarse que llegaba a los 140cv con el motor de serie, centralita reprogramada, colectores de admisión y escape modificados, caja de serie con un grupo más corto de C15, suspensiones Bilstein con copelas regulables, barras de torsión más rígidas, discos de freno más grandes… y, sobre todo, un peso de solo 830 Kg.

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Ficha técnica del Citroën Saxo VTS 16V de circuitos

  • Coche: Citroën Saxo 1.6i VTS 16V
  • Motor: 1.6 litros, 4 cilindros en línea en posición delantera transversal, 16 válvulas
  • Tracción: delantera
  • Potencia: 140 CV a 6.100 rpm
  • Par motor máximo: 169 Nm a 5.400 rpm
  • Caja de cambios: manual de 5 velocidades con grupo corto
  • Dirección: de cremallera asistida
  • Suspensión: delantera tipo McPherson con muelles helicoidales regulables, amortiguadores de gas Bilstein y barra estabilizadora independiente; trasera con amortiguadores Bilstein sobre rótulas, barra de torsión y estabilizadora.
  • Neumáticos: 14 pulgadas
  • Seguridad: Arco de seguridad con 6 puntos de anclaje
  • Peso: 830 kg.
  • Precio: 1.750.000 pesetas (solo coche) / 3.000.000 aprox preparado para correr

Palmarés de la Citroën Saxo Cup España

La Citroën Saxo Cup España estuvo vigente de 1996 a 2001, momento en el que Citroën sacó el C3. Hasta el momento de su finalización convivió en España con las Copas Renault Clio, Clio Iniciación, Megane Cup, Clio II Sport y Hyundai Accent Cup. Eran otros tiempos. Los ganadores de las seis ediciones fueron:

  • 1996 - Antoni de Dios
  • 1997 - Jorge Osset
  • 1998 - Iván Portolés
  • 1999 - Luis Miguel Reyes
  • 2000 - José Robles
  • 2001 – Jaime Araoz
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El nivel de los participantes

Con parrillas de 50 coches, pasaron por la Saxo Cup bastantes de los pilotos más recordados de los circuitos de los 90 y 2000’s. Pero hubo muchos más con opciones de ganar cada prueba y carreras muy igualadas en las que siempre había mucha lucha cuerpo a cuerpo, algo de chapa y sin nunca un dominador claro.

Recuerdo, entre muchos otros, a los hermanos Mesalles, García Otín, García Mata, Anet, Paniagua, Parisi, Vilchez, Caballo, Maurel, Rodrigo, Barbany, Galuppo, Molinos, Royo, Romero, gente del Euskadi Racing como Elizburo, Ugalde, Tapia, Egaña, Vigiola y tantos otros que luchaban por cada metro en cada vuelta. Participaron preparadores importantes como Toni Lozano, De la Puente o el Team Elías, pero también ganaron carreras y campeonatos equipos pequeños que se hacían lo todo ellos.

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Estructura de los meetings de carreras

Viernes - Entrenamientos libres cronometrados y algún jueves los circuitos permitían entrenar a los equipos con más dedicación y recursos.

Sábados - No parabas en todo el día. Por la mañana verificaciones, briefing, marcaje de neumáticos y gasolina, normalmente una sesión de libres y entrenamientos Oficiales cronometrados repartidos en dos mangas de 25-30 pilotos. Poco después de comer en el Hospitality de Citroën (una cortesía que era de agradecer y que la marca cuidaba) revisabas todo antes de las semifinales, con las dos parrillas formadas según las mangas clasificatorias y cuyo resultado decidía la parrilla de la final del domingo. El sábado por la tarde tras la semifinal sacabas el coche del parque cerrado y aún había que dejar todo listo para el domingo.

Domingo - Última revisión, briefing y Super Final para los mejores de ambas mangas semifinales, donde se repartían la mayor parte de puntos. Finalizada la carrera, si podías retirar pronto el coche de parque cerrado sin reclamaciones, tocaba recoger y después de la comida tocaba el viaje de vuelta.

Tras la introducción sobre cómo funcionaba la Saxo Cup, repasaremos cómo llegué hasta ahí y mi participación en ella.

Los pasos previos a la Citroën Saxo Cup

Desafío FIAT: la mejor escuela

Yo era un gran aficionado pero no tenía ni idea de coches, de hecho me tiraban más las motos, hasta que un buen día en 1993, unos amigos me animaron a apuntarme a la primera edición del Desafío FIAT. Una escuela de pilotos en Aragón que tras una intensa selección premiaba con un Fiat Uno 45 para hacer el regional de montaña, circuito y rallyes.

Tuve la fortuna de ser uno de los 5 pilotos seleccionados y ese año, gracias a nuestro mentor Jaime Balaña, estuvimos a punto de ganar el Campeonato de Aragón de Rallyes Absoluto con el Uno 45 junto a Eduardo Escolano, que venía como yo del Scalextric y que luego sería copiloto del Carlos Sainz Junior Team.

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Challenge Citroën Aragón de Rallyes: primer contacto con la marca de los chevrones

Hasta aquel momento habíamos hecho poco más que algún rally del regional en Aragón y La Rioja, pero teníamos claro que nos gustaba y queríamos seguir. Fue ya en 1995 cuando me lié la manta a la cabeza y compré un Citroën AX GT Copa de los antiguos, con intención de competir en la Challenge Citroën Aragón de Rallyes.

El AX estaba barato porque lo tenían guardado en un gallinero desde hacía años… y sí, lo del corral era literal, con sus gallinas campando a sus anchas y el coche tapado en medio.

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Aquel año, con un presupuesto ajustado y distintos problemas durante la temporada, aprendí dos cosas:

  • Cuando hice el Desafío FIAT solo me preocupaba de conducir... pero ahora ya había entendido que para llegar a ese punto había que controlar más cosas, como preocuparte que el coche no dé problemas mecánicos, controlar el presupuesto, etc. En resumen, que era más complicado tener el coche en la salida que conducirlo.
  • En los Regionales hay mucha diferencia de tiempos entre unos coches y otros, incluso siendo el mismo modelo, por lo que no es fácil luchar directamente con alguien.
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El gran objetivo: una Monomarca de Circuitos

Ese momento coincidió con que unos compañeros iban a participar en la nueva Saxo Cup de circuitos. Y como Citroën se había portado bien con nosotros en la Challenge de Rallyes, había que valorar esa opción.

Estudiamos las distintas Copas Monomarcas de Circuitos ya que el Desafío Peugeot y la Copa Clio de Rallyes se escapaban a nuestras posibilidades debido a la falta de tiempo para entrenar y presupuesto. Así que me marqué como objetivo la nueva Citroën Saxo Cup de Circuitos, con la que la marca iba a potenciar el lanzamiento de su nuevo modelo y ofrecía bastante ayuda mediante los premios.

La verdad es que tenía mucha ilusión por descubrir una competición donde luchar y aprender con coches similares, cosa difícil en un regional, ¡así que en 1996 compré el nuevo Saxo!

La Saxo Cup 1996

Preparación previa

El camino para llegar a la primera carrera no fue fácil... era mi primera experiencia a nivel nacional y era un coche totalmente nuevo. Trabajé bastante con dosieres y visitas en busca de patrocinadores pero no conseguí nada, y pronto se juntaron muchas cosas (y muchos gastos): el coche, el kit de preparación, su montaje, ruedas, inscripción, ropa, remolque… menos mal que mi madre convenció a mi hermana para que me dejara su coche para ponerle un enganche e ir tirando ese año.

El Saxo VTS 16v era tan nuevo que ni siquiera se había comercializado en concesionarios, por lo que como participante adquirías un coche de pre-serie junto al kit de preparación que tenías que montar. Citroën hizo aquella primera serie específica para la Saxo Cup con un interior básico, ya que iba a vaciarse de tapicerías, asientos, etc.. y era tontería montar la gama alta correspondiente al VTS.

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Aceptada la inscripción, ¡llegó el día de ir a por el coche! Teníamos que ir a Pinto a recogerlo y posteriormente a Alcobendas a por el Kit, e hicimos el viaje con el remolque de un amigo, durante el cual, nada más cargarlo, nos dimos un susto donde pensábamos que nos poníamos el Saxo por corbata... Por cierto, ya en la primera impresión, la verdad es que el coche era una pasada, sobre todo el Fase 1 con la nueva calandra.

Con el montaje del Kit, en el concesionario Barrabino de Alcañiz se portaron genial conmigo. Jerónimo era el dueño pero también el presidente del Automóvil Club Circuito de Guadalope en Alcañiz por esas fechas y la afición a las carreras que tienen allí se vive en pocos sitios. Su hijo Carlos, los mecánicos, administración, todos allí ayudaron para poder tener el coche en la primera carrera. ¡Lo habíamos conseguido!

En menos de 2 meses hicimos todo lo necesario desde cero para estar en el estreno de la Saxo Cup, con casi 60 coches en pista. Y yo, que pensaba que lo más difícil ya estaba hecho y que ahora tocaba disfrutar un poco, solo demostraba lo poco que sabía aún del mundo de las carreras y de las monomarcas en particular.

Carrera 1 - Circuito de Albacete

El debut de la temporada era en Albacete y yo solo había probado el coche en el parking del concesionario. Citroën había tenido que retirar las centralitas a todos los coches porque algunos habían rodado por la calle con el coche que aún no se había lanzado y nos las devolvió pocos días antes de la primera prueba.

Empezamos el viaje el viernes a las 5 de la mañana y después de 6 horas por carreteras secundarias de la época, con mapas y sin GPS, por fin habíamos llegado al circuito, ¡lleno de Saxos nuevos! Unos blancos inmaculados como el mío, otros ya pintados y rotulados que habían estado rodando días anteriores, y todo el mundo con infinitas ganas. Buscamos a la familia ‘El Muelles’ con Mª Eugenia Pérez, que nos ayudaron muchísimo todo el año a conocer cómo funcionaba todo y la dinámica de cada fin de semana. Fuimos a las oficinas de Citroën para recoger documentaciones, adhesivos obligatorios y a colocarlos, tarea más complicada de lo que parece…

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Con todo esto llegó la mañana del sábado, ¡y yo que aún no había dado una sola vuelta con el coche! Nunca había rodado en circuito y era una sensación extraña... los límites eran completamente diferentes a los rallyes y aquí lo importante era mantener un ritmo fluido. Esperaba estar por el medio de la parrilla, pero estaba atrás aunque aprendiendo.

La carrera no fue mejor, en la primera curva tuve un roce y pinché la rueda trasera. No quedaba otra que entrar a box a cambiarla y volver último para aprender… pero entonces en cada apoyo a derechas el coche casi trompeaba, descubriendo luego que se debía a una diferencia de presiones. Estaba decepcionado. Tenía mucho que aprender, empezando con cosas básicas como montar válvulas cortas en las ruedas, o que los colores y decoraciones en los coches de carreras no se ponen solo por gusto, también para diferenciarlos dentro de pista y que quien te marca la pizarra pueda darte referencias correctas. ¡Solo podíamos ir a mejor!

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Carrera 2 – Circuit de Catalunya (Montmeló)

Tocaba viajar a Montmeló, apenas unos días después de la histórica victoria de Michael Schumacher en 1996 sobre la lluvia que aún es recordada en nuestros días.

El Circuit de Catalunya era una referencia a nivel mundial en los 90, y verte allí como un participante más, junto a otras categorías como las Carreras de Camiones o la Open Fortuna by Nissan, impresionaba cada año. Los domingos se reunían más de 50.000 personas que acudían al circuito en masa. Tanto que o madrugabas mucho o corrías el riesgo de no llegar a tiempo al circuito debido a las colas que se formaban.

En aquella primera temporada de 1996 que os voy narrando, los entrenamientos fueron parecidos a los de la primera carrera y quedamos atrás, todo el mundo se había puesto las pilas y nosotros seguíamos aprendiendo muchas cosas.

En carrera nos salimos por una piedra en la pinza de freno cuando mejorábamos el ritmo, así que otra vez a casa sin haber rodado demasiado. Las monomarcas eran duras de verdad.

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Carrera 3 - Circuito de Cartagena

Aquel 1996 llegamos a Cartagena, una tirada bien larga desde Zaragoza, con el tiempo justo para los oficiales del sábado. Este es un circuito pequeño pensado para las motos y tandas, nada que ver con lo que habíamos vivido en Montmeló, pero muy entretenido para una monomarca con muchas curvas y sin descanso, aunque algo estrecho en momentos.

No habíamos rodado y los entrenos no fueron muy bien, menos mal que en carrera luchamos para remontar unas cuantas posiciones, pero por un puesto no nos clasificamos para la final, aunque el ritmo vuelta a vuelta seguía sin ser bueno.

Seguíamos aprendiendo dentro de la pista y sobre todo fuera de ella y pasado el verano llegaba Alcañiz, nuestra carrera de casa donde esperábamos llegar más preparados.

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Carrera 4 – Circuito de Guadalope (Alcañiz)

Llegaba “nuestra” carrera y había que hacerlo bien. Para ello revisamos el coche en Barrabino y compramos un par de neumáticos nuevos, que hasta ahora habíamos tirado con el juego comprado al inicio de temporada. Además, como lo importante era dar las máximas vueltas posibles, saqué mi AX del garaje para correr el Superprestigio que se celebraba ese mismo fin de semana.

Pregunté a Juan Luis Altaba, piloto de la zona, para que me diera referencias y no ir a ciegas en un circuito urbano como el de Guadalope, donde no se puede entrenar a lo largo del año y los errores se pagan caro. Pasamos con el coche de calle por las calles Alcañiz en tráfico abierto y mientras me explicaba marchas y puntos de frenada, pensaba que era imposible pasar por ahí como me decía, sobre todo en la parte rápida a casi 200 km/h, pero ya lo descubriríamos luego. 

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A Alcañiz llegabas con una mezcla de ganas y respeto a un trazado en el que un error suele acabar con el coche destrozado, así de fácil. Ya con algo de experiencia adquirida poco antes al volante del AX, salí a los entrenos de la Saxo Cup con la tranquilidad suficiente para subir el ritmo y, en la única vuelta buena que pude rodar sin tráfico, me quedaba a las puertas del Top 10. ¡Por primera vez en el año estaban saliendo las cosas bien!

Llegó la semifinal y pasamos bien las primeras curvas, que son las más delicadas en un trazado urbano como este, estabilizados en novena posición. Tenía más ritmo que mis predecesores pero no podía pasarles, así que ya en la última vuelta había que darlo todo para adelantar y quise probarlo en la frenada del final de la zona rápida, así que intenté hacer a fondo la curva del Portalón (la más rápida del circuito) que se daba a unos 190 Km/h amagando un pelín.

¿Resultado? Hice un trompo de 120 grados a esa velocidad que terminó con el coche arrastrando el morro contra las protecciones, pero sin terminar de golpear contra nada ni contra nadie. ¡Vino Dios a verme!.

Una vez ahí, enteros y parados, giré en un momento sin tráfico y pasé por box. Me dijeron que siguiera y terminé el resto de vuelta como pude en décima posición. Hubiéramos quedado séptimos, pero por primera vez en mucho tiempo había sentido que por fin disfrutaba y tenía ritmo para pelear, así que lo intenté. Supongo que las vueltas en el AX y la experiencia en rallyes ayudaron esta vez.

Como se explicaba en el precioso reportaje sobre Las Carreras de Alcañiz que podéis leer aquí en RetroRacing.es, en Alcañiz todo podía pasar, incluso que un piloto venido de los rallyes hiciera la pole position en el CET con un coche de segunda división.

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El domingo tocaba rematar en la Superfinal, así que empezamos la carrera y pese a hacer una salida sin problemas veía que mi ritmo no era el que debía. A mitad de carrera, además, me dieron un golpe en la Curva del Embudo, frenaron conmigo arrastrándome casi hasta la valla y por poco no me empotré de frente… Él reventó su radiador sobre mi coche y se salió más tarde al romper su dirección, a mí me hizo abandonar con la parte trasera dañada y el coche salvado por centímetros. Eso eran también las carreras monomarca.

Así que la carrera de casa acabó de manera triste y con una buena factura de daños. Al menos habíamos visto por primera vez que era posible tener ritmo y luchar por posiciones interesantes.

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Carrera 5 – Circuito de Jarama

Como veis, en una temporada de la Saxo Cup de circuitos se pasaba por todos y cada uno de los mejores trazados del país. Y en ella no podía faltar la prueba de Jarama, a la que llegamos con muchas ganas.

De aquella prueba tengo el peor recuerdo del año, en la Superfinal del domingo, intentando adelantar a Mª Eugenia Pérez, nos movimos los dos a la vez hacia el mismo lado con la mala suerte que en el contacto ella se fue hacia el muro en el final de recta mientras yo lo hacía al interior. Por suerte ella estaba bien, pero su reparación fue importante.

Luchando por una posición que no servía de nada perjudicamos a las personas que más nos habían ayudado durante todo el año. Ni en el peor de los escenarios hubiéramos esperado esto, así que la vuelta a casa y la carrera final del año fueron bastante tristes.

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Carrera 6 – Circuito de Jerez

Teníamos ganas de acabar el año, pero faltaba poner la guinda en Jerez. Una prueba en diciembre y a 1000 km de casa, todavía bajos de ánimo tras el encontronazo en el Jarama. Fue una auténtica paliza de viaje, llegando más tarde de lo previsto y no pudiendo meter el coche en el circuito, así que tuvimos que buscar una casa cercana donde dormir al no poder dejar el remolque en el hotel de Jerez.

Como no habíamos comprado más neumáticos desde Alcañiz, las posiciones donde nos movíamos eran similares al Jarama. Llegamos a la Superfinal pero tuve problemas con una transmisión que ya había cambiado el sábado y no quería terminar de romperla, así que decidimos ir despacio porque tampoco podíamos puntuar.

La vuelta fue muy dura con 12 horas de viaje arrastrando el cansancio, llegando justos para guardar el remolque e ir a trabajar el lunes a las 7 de la mañana. Eso también es la experiencia de los pilotos amateur.

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Final de temporada: imprescindible hacer balance del año

Acabada aquella primera temporada corriendo una monomarca de ámbito nacional, tocó hacer balance del año. Es cierto que aprendimos mucho, pero si queríamos luchar con igualdad de condiciones había que conseguir presupuesto para que un preparador o mecánico se encargara del coche, algún neumático nuevo por carrera, algún test con el coche, hacer reglajes... y no descubrirlo todo el mismo fin de semana.

Gracias al apoyo que Red de Aragón y Citroën ofrecían a los participantes en sus copas de promoción pudimos soportar el peso económico de la primera temporada. No cubría el esfuerzo y todos los gastos, pero ayudaba a mantenerse a flote.

Eso sí, como consejo, si compráis un coche de carreras no pidáis un crédito para ello, porque es fácil que os quedéis sin coche y todavía estéis pagándolo... creo que esto ya lo habréis oído alguna vez... ¡pues os lo recuerdo!

¿Cuál fue la evolución de la Citroën Saxo Cup?

Mientras la competitividad entre las primeras espadas era cada vez más alta, nosotros seguíamos sufriendo.

La temporada de 1997 la pasamos de puntillas, ya que apenas acudimos a Cartagena y a la manga aragonesa de Alcañiz y nos fuimos directamente a preparar el año siguiente con más ganas.

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Arrancó la temporada de 1998 y en las primeras pruebas la mecánica del coche no iba fina. Llegábamos a Montmeló cabreados, esperando haber solucionado los problemas de motor sin tener que abrirlo, ya que es un circuito de los que más vas tiempo con el pie a tabla.

En entrenos vimos que habíamos solucionado los problemas mejorando el ritmo y en la carrera del sábado llegamos a ir séptimos por una melé que se produjo al principio. Aunque finalmente terminamos octavos, por fin conseguíamos puntuar, algo que repetimos en la Gran Final, y el nubarrón se disipaba. 

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Contando con presupuestos tan limitados, en una monomarca de la época cada pequeño detalle podía influir en tu rendimiento. Os pongo una muestra: lograr aquel buen resultado en Montmeló nos permitió comprar un par de ruedas para el Jarama, algo que era todo un lujo y que logramos, en parte, porque los chicos de Preyman Competición nos ayudaron a poner a punto el coche en el circuito, mientras que mi amigo Armando Caseras se ocupaba del coche en casa.

Aquel 1998, por cierto, hubo cambios en el calendario ya que se esperaba estrenar el nuevo circuito de Cheste pero no llegó a tiempo y también se canceló Alcañiz, nuestra prueba de casa, por motivos federativos.

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Para entonces solo quedaba la carrera en Jerez, que acogía la Final Europea que anualmente organizaba un país diferente donde se disputaba la Saxo Cup. Citroën se volcó no solo con actividades deportivas, sino con eventos turísticos, visitas a bodegas, doma de caballos, cena y espectáculos para los equipos y pilotos. Un entorno incomparable con Jerez y El Puerto de Santa María acostumbrados a acoger los eventos más grandes del Motorsport mundial. Ojo que Citroën trajo hasta a ‘Los del Río’ con la Macarena, ¡no os digo más!

En Jerez el formato no fue el habitual, ya que se disputaba solo una carrera nacional para cada país el sábado y las Finales Europeas con los mejores de cada país repartidos en mangas el domingo. Tuvimos ritmo el sábado y nos quedamos cerca de conseguir puntos, pero nos faltaron vueltas. Aun así, fue una experiencia muy positiva.

El balance de aquel año, nuestra segunda temporada en la Saxo, fue bueno ya que por fin entendimos cómo encarar y qué hacer en un fin de semana de carreras gracias a Armando en casa y a los chicos de Preyman en el circuito.

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Fin de ciclo

Sabíamos que si no conseguíamos más recursos no mejoraríamos y que, con suerte, apenas llegaríamos alguna vez cerca del Top 10. Llegados a este punto, decidí que si no encontrábamos dinero para hacer algo con garantías y poder pelear, aquel 1998 habría sido mi último año de carreras. Y así fue.

Lo dimos todo para conseguir un poquito de presupuesto e incluso hicimos un CD interactivo con el dossier, fotos y videos como presentación muy chulo, pero la búsqueda de patrocinadores fue estéril.

La parte positiva fue que los chicos de Preyman Competición y José Robles consiguieron ganar la Saxo Cup del 2000. Algo impresionante, ya que eran únicamente tres personas que se lo hacían todo ellos con unos medios muy ajustados, quitando tiempo libre y horas de sueño para tenerlo todo preparado y luchar contra equipos muy profesionales.

La experiencia de la Saxo Cup fue espectacular. Había aprendido a luchar con 50 pilotos, vehículos similares al límite y una igualdad en la que cualquier detalle, despiste o error se pagaba caro. Pero me apetecía volver a mi origen de los rallyes y decidí probar una Copa de Promoción.

Puse el Saxo en venta (no tenía ni 2.000 km..) y aún aprovechamos para correr una última carrera en Montmeló en 1999, pero lo vendimos a los pocos días, ¡una pena!

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Echando la vista atrás, aquel Citroën Saxo VTS 16v es el coche de carreras que más he disfrutado y fue una verdadera pena venderlo… con el Seat Ibiza Cupra de rallyes que vino después salían los tiempos porque era efectivo y duro, pero las sensaciones dentro del coche no tenían nada que ver. Era mucho más divertido el Saxo, una posición de conducción mucho más natural y un comportamiento que te permitía sentir todo lo que ocurría, mover el coche con facilidad y disfrutar como un enano.

Solo me queda agradecer a todos y todas los que me ayudaron hace ya casi 25 años para que, de una manera u otra, pudiese vivir todas estas experiencias y hacer realidad mi sueño de ser piloto de carreras.

Y gracias también a vosotros por leerme, ¡y nos vemos por los rallyes Legend y de Regularidad por Aragón y Cataluña, porque el gusanillo no se pierde nunca!

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Texto: Javier Guerrero (@promotor_team) para RetroRacing.es

Imágenes: Archivo @promotor_team y documentos promocionales de la Citroën Saxo Cup España. Todas las imágenes son propiedad de sus autores originales y se incluyen en este reportaje solo a nivel documental. Todos los derechos reservados.

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  • Increíble la descripción de la copa saxo,yo tenía sobre 18 años en esa época y soñaba con poder correr la saxo o cualquier otra copa de rally o circuito pero no pudo ser…felicitaciones por tan buen reportaje.

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