Cómo grabamos el vídeo de Manuel Juncosa

Cuando os digan que las mejores cosas de la vida suelen ocurrir por casualidad, tomad nota de la afirmación y tenedla muy en cuenta de cara al futuro. Porque sin esas casualidades, ahora mismo no estaría escribiendo esto y, posiblemente, ni siquiera esta web existiría.

Recientemente en RetroRacing.es hemos publicado nuestro primer vídeo (haz click aquí para verlo), explicando la historia de Manuel Juncosa y el Fiat Abarth 1000, uno de los modelos que le convirtieron en una personalidad clave para la historia del automovilismo en España. Pero en realidad, hasta muy pocos meses antes de la realización del vídeo, no había tenido la fortuna de conocer a Manuel.

RetroRacing.es nació ya hace tiempo como el proyecto final de carrera de audiovisuales de mi compañero Oriol y mío. Buscábamos aplicar nuestro conocimiento del sector en crear desde cero un proyecto web novedoso en España centrado en el mundo del vehículo clásico de competición, así que estábamos conceptualizando la idea para llevar a cabo la realización de un primer vídeo, algo así como un episodio «piloto» que sería el embrión de la web. Pero esto era sobre el papel, porque en la práctica, la faena para encontrar el protagonista de ese vídeo había sido estéril hasta el momento.

Pero todo cambió durante el Salón Auto Retro de Barcelona, donde estábamos ayudando a nuestros amigos del Espíritu de Montjuïc a repartir unos diarios a modo de promoción del evento. En un momento dado, un señor mayor cogió uno de estos diarios y, en lugar de doblarlo o tirarlo a la basura, lo abrió y me dijo, muy serio y abriendo sus ojos azules: «¿Sabes que yo he ganado carreras en el Circuito de Montjuïc?». Así que la casualidad me había traído directamente al protagonista perfecto hasta nuestra puerta… ¡y yo no sabía reconocerle!

Por suerte, y aquellos que hayan tenido el placer de conocer a Manuel lo podrán confirmar, Juncosa es un especialista en ponerte en antecedentes, por lo que solo tuvo que sacarse del brazo un par de revistas que le acababan de regalar (y que ya tenía marcadas por la página correcta) y decirme un «este soy yo», mientras yo leía un titular de Motor Clásico que hablaba sobre el mítico Seat 850-1600 Spider Juncosa. «¡Manel Juncosa!», le dije, y salí corriendo hacia mi mochila para coger una miniatura que acababa de comprar en el propio salón unos minutos antes: era «su» Seat 124 Sport de 1971. Sonrió de oreja a oreja y en ese momento, vi claro que habíamos encontrado el protagonista para nuestro vídeo.

Saltamos unas semanas adelante, hasta el mes de enero, a la tradicional pre-salida del Rallye Monte-Carlo Histórico que se solía celebrar en la Plaza de la Catedral de Barcelona. Oriol y yo habíamos quedado allí con Manuel para explicarle nuestra idea de vídeo y tratar de convencerle. Y allí estaba, siempre antes de la hora pactada, siempre fumando un cigarro, y hablando animadamente con Aman Barfull del RACC.

Nos vio, se despidió y lo primero que nos dijo fueron unas palabras que difícilmente olvidaré: «se necesita que los que ahora somos mayores expliquemos cómo eran las carreras de hace años, donde los pilotos éramos amigos y cuidábamos los unos de los otros. Si no, los jóvenes no lo sabrán nunca, porque aquella era un época muy diferente a la actual. ¿Verdad?». Sonriente, accedió encantado a que grabáramos el vídeo y además, dos cigarros después, nos puso a entablar conversa con su amigo Salvador Cañellas y con Isidre López de SEAT Coches Históricos. Y nosotros, ¡en una nube!.

El coche, co-protagonista del vídeo, nos dijo que tenía que ser sí o sí el Fiat Abarth 1000 Berlina Corsa réplica, con el que sigue participando en pruebas de regularidad. Un vehículo propiedad de Ramón Fluvià, un auténtico apasionado y experto en los coches de la marca de Turín que puso todo lo que estaba en su mano para que hiciéramos realidad la idea.

Con piloto y coche confirmados, un par de meses de pre-producción acabaron dando sus frutos cuando un grupo de buenos amigos nos vino a ayudar en la grabación de la entrevista a Manuel, el eje conductor del vídeo, que realizamos en el taller Clàssics Universo de Badalona. ¿Qué lugar mejor para disfrutar de las anécdotas de un Juncosa, que en un taller familiar donde siguen realizando preparaciones de Seat y Abarth? José Manuel Ribera y su familia nos abrieron las puertas de su taller (y las cerraron para sus clientes durante unas horas), haciéndonos sentir como en casa. ¡GRACIAS!

Durante el rodaje, todo fue como la seda. El taller se convirtió en un estudio de grabación, las explicaciones y anécdotas de Manuel inundaron el lugar y a más de uno se nos puso la piel de gallina al ver que la idea se estaba materializando de manera inmejorable.

Después de la entrevista arrancamos el Abarth, Pedro Valiente le sacó unas fotos más y nuestro siguiente objetivo no era Montjuïc, pero casi: ¡Montmeló!

Era vital para dar dinamismo al vídeo que pudiéramos grabar imágenes de Manuel al volante del coche, y gracias a la colaboración de Jesús Pozo y el resto de la organización del Espíritu de Montjuïc, lo pudimos hacer realidad, convirtiendo nuestro Seat León en un camera car improvisado.

Al acabar las vueltas por el Circuit, Manuel se reía y nos decía que habíamos ido muy lentos, tanto, que en la recta principal se aburría y que por eso se nos acercaba tanto a nuestro coche (a 3 o 4 palmos de distancia), que no sabía ir tan despacio.

Unas imágenes más aquí y allá, cámaras GoPro en cada ángulo del angosto Abarth, un par de filtros de la cámara rotos… ¡y rodaje listo, el primer vídeo de RetroRacing.es era historia!

Así que nuestro pequeño sueño se cumplió, pudimos contar una historia del motor desde nuestro punto de vista y por el camino hicimos buenos amigos.

Una vez entregado con éxito en la universidad el proyecto final, aún teníamos una última tarea pendiente, así que citamos a todos los miembros del equipo de nuevo en Clàssics Universo y les mostramos, en primicia, el resultado final. Y os hago una confesión entre bastidores: a Manuel y a Ramón se les escapó alguna lagrimilla con el vídeo. Y a nosotros al verles a ellos. No se puede pedir más.