Cómo cuidar un coche y alargar su vida en 10 pasos

En el mundo del automóvil, una de las claves para alcanzar una larga vida útil del vehículo es dedicarle ciertos cuidados de manera periódica. Pese a lo que muchas personas creen, se puede alargar notablemente la longevidad de este solo realizando pequeñas acciones que apenas demandan tiempo.

En RetroRacing.es hemos querido realizar un exhaustivo repaso a los cuidados que se pueden dar al coche a fin de que su uso se prolongue en el tiempo. El resultado ha sido un decálogo de recomendaciones que compartimos a continuación.

1) Seguir el ritmo de revisiones recomendado por el fabricante

Arrancamos con uno de los puntos más fáciles, el del mantenimiento mecánico del vehículo. Un automóvil es una máquina sofisticada, formada por miles de componentes que deben trabajar a la perfección para que todo funcione como debe. Por ello los fabricantes indican cuál es el calendario de revisiones recomendadas, algo que todo usuario debería cumplir al pie de la letra. La finalidad es muy simple: que el coche sea revisado y sus piezas de desgaste sustituidas antes de que se puedan generar averías.

2) Usar productos de primera calidad

Tanto si el mantenimiento coche se realiza en casa como en un taller o servicio oficial, es importante cerciorarse de que se usan siempre productos de calidad, ya se trate de aceites lubricantes u otros líquidos, pero también baterías o neumáticos. Las primeras marcas suelen ser más caras, pero ofrecen una garantía que es vital cuando se busca la longevidad del automóvil.

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3) Realizar un mantenimiento preventivo de ciertos elementos mecánicos

Volviendo al discurso inicial, los pequeños gestos son los que, a la larga, pueden marcar la diferencia. En este caso nos referimos a acciones que se pueden realizar de manera automática cuando estamos al volante y que permitirán alargar la vida útil de la mecánica del coche. Hablamos de acciones como arrancar el coche y dejarlo al ralentí un par de minutos antes de empezar a rodar, hacer lo propio al estacionar antes de quitar el contacto (especialmente útil para alargar la vida del turbo), evitar los acelerones y detenciones bruscas o intentar no dar un uso excesivo al embrague.

4) Hacer una escucha activa del vehículo

Nadie mejor que el conductor puede detectar anomalías mecánicas a tiempo. Y es que muchas veces los ruidos del coche o pequeños cambios en su funcionamiento pueden alertar de que algo va mal. Mediante lo que llamamos una escucha activa se pueden anticipar los problemas y resolverlos a tiempo.

5) Mantener el vehículo activo aunque no se use habitualmente

Los vehículos están hechos para funcionar, y a tal fin, es vital que estos sean arrancados y rueden un poco aunque su uso no sea habitual. Esto quedó demostrado tras los meses de confinamiento debido a la pandemia, cuando proliferaron los coches que se quedaron sin batería, con ruedas sin aire o con frenos enganchados. Recordamos que cuando un coche no se arranca ni se mueve, envejece de una forma alarmantemente rápida.

6) Reemplazar los elementos consumibles cada cierto tiempo

Hablamos de elementos como los limpiaparabrisas y escobillas o las bombillas. Todos ellos son componentes del automóvil que pueden durar muchos años, pero su rendimiento decae rápido y es importante reemplazarlos. Ya no solo por el bien del vehículo, sino especialmente por el riesgo para la seguridad vial que supone la circulación de coches con un sistema de alumbrado pobre o limpiaparabrisas que no realizan bien su función.

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7) Llevar un control de la presión de los neumáticos

Como se dice popularmente, los neumáticos son el único elemento que une al coche al suelo. Por ello son posiblemente los componentes a los que más importancia haya que dar si se busca alargar la vida útil del automóvil. Un consejo simple es el de revisar presiones como máximo una vez al mes, para detectar posibles pérdidas o deterioros de estos. También se puede aprovechar para comprobar si la banda de rodadura está en buen estado o empieza a dar signos de estar cuarteada, lo que implica que es necesario un cambio de neumáticos porque estos habrán perdido una parte importante de su rendimiento.

8) Proteger el coche de la intemperie tanto como sea posible

Dejando de lado la mecánica, la carrocería del coche es el otro elemento que se debe cuidar tanto como se pueda. Un vehículo protegido de los agentes externos (sol, lluvia, frío, etc.) es un coche que durará más años, mientras que un coche a la intemperie está destinado a acabar sufriendo problemas de óxido en su carrocería, un daño severo que puede acabar repercutiendo en daños estructurales irreparables en el automóvil.

9) Cuidar la pintura exterior del vehículo

Relacionado con el punto anterior, el gran elemento protector de la carrocería es la pintura del vehículo, que normalmente cuenta con capas que protegen de los rayos ultraviolados del sol. Aun así, la pintura tiende a perder efectividad con el paso de los años y su exposición al sol, por lo que siempre es buena idea no solo lavar el coche con frecuencia, también proteger al vehículo con ceras o productos similares, pensados para dar un extra de protección. También es importante volver a pintar o reparar los daños exteriores en la carrocería, como rayadas o abolladuras, que también son focos de óxido si se dejan en mal estado.

10) Mantener el interior protegido del sol

Sí, incluso el habitáculo del coche sufre la exposición continuada al sol. Plásticos agrietados, pérdidas de color e incluso un mal funcionamiento son síntomas que los componentes suelen mostrar con el paso de los años. La solución aquí pasa por usar los populares reflectores del sol que se colocan en el parabrisas, y también oscurecedores o cristales laminados o tintados en las ventanas posteriores. Una vez más, unos simples cuidados a tiempo alargarán la vida útil del coche.

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