El último fin de semana de marzo, en RetroRacing.es viajamos a la Comunitat Valenciana para disfrutar de la Ferrari Challenge, certamen que se disputaba en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste. Este campeonato se engloba en el programa Corse Clienti que la marca del Cavallino dispone para sus clientes más carreristas.
Ferrari es la quintaesencia del automovilismo mundial, catalogada como una de las marcas más valiosas del mundo y por supuesto de la automoción. Si os digo que penséis en un coche rojo, el que sea, ¿cuál os viene a la mente?
Efectivamente, la sugestión por parte de la marca que Enzo Ferrari fundó hace 70 años es tal que relaciona algo tan transversal como es un color, con un producto, en este caso un deportivo de ensueño. Enzo siempre se vanaglorió de dos cosas: de que “usted”, como cliente, pagaba el motor y que la carrocería se la regalaba; y que su leitmotiv como constructor de coches de calle era poder financiar la Scuderia Ferrari, el departamento de carreras. Enzo Ferrari fue un carrerista puro.
Así, el automovilismo deportivo no se entiende sin Ferrari y viceversa. Y hoy os hablamos sobre su último formato… o mejor dicho, su último producto. ¿Producto? ¿No son esto carreras?.
La génesis de las carreras de Ferrari
A principios de los 90, Ferrari encontró una manera muy vistosa de promocionarse por los circuitos del mundo, la de crear su propia monomarca con sus modelos más “accesibles” y deleitar al resto de mortales con circuitos llenos de cavallinos luchando en pista. Porque, ¿qué aficionado no desearía ver eso?
La fórmula arrancó en 1993 en Europa con la Ferrari F355 Challenge, posteriormente en 1994 en Norteamérica y finalmente en 1995 en Japón, donde ya por aquellas compartía certamen con el Ferrari 348. Los vehículos eran derivados directos de la producción sin mayores modificaciones que las de seguridad (arneses, jaula, extinción..) y leves mejoras como suspensiones, neumáticos slick Pirelli y un elegante y efectivo alerón trasero.
Esas carreras de Ferrari eran reales y disputadas, ganando rápidamente popularidad e incluso lanzando un videojuego al mercado para deleite de los incipientes petrolheads virtuales.
En 1999 llegó la renovación de montura y se substituyó por el Ferrari 360 Modena. Mismo formato, misma emoción, pero máquinas más evolucionadas. En 2005 entró en escena el Ferrari F430, sustituido por el Ferrari 458 Italia en 2010, un modelo que estuvo en activo hasta la llegada del actual Ferrari 488 GTB, el primero de ellos con Turbo.
Ferrari Corse Clienti: todo por el cliente
Más allá de la consecución de fechas y modelos, lo importante es que el paradigma de la Ferrari Challenge ha cambiado de manera sutil pero inexorable.
Seamos francos, todo lo que “toca” Ferrari se convierte en oro, y si bien es cierto que las carreras son un buen escaparate para su cartera de clientes, estos piden cada vez más formar parte del universo Ferrari de una forma activa. Es por ello que los de Maranello han cogido el guante y han convertido la Ferrari Challenge en una experiencia global para clientes e invitados de la marca.
En este evento, pilotos y allegados son tratados con un cuidado reverencial: “Pase, póngase cómodo en nuestra pagoda exclusiva, ¿desea comer junto al resto de sus colegas? Mientras tanto, no se preocupe, su montura estará lista para el próximo round en pista”.
El espíritu garajista de antaño se ha visto sustituido por un evento de tinte plenamente exclusivo. Ahora puedes traer tu Ferrari de calle durante el evento, que el servicio de Tailoring cuidará de él para que lo tengas listo al salir, incluso personalizarlo a tu gusto con su showroom de accesorios y partes personalizadas.
Y si tus amigos lo desean, Ferrari dispone de un convoy de 812 Superfast para matar el gusanillo de ser pilotos y rodar por el circuito. A esto le llaman Passione Ferrari. No podemos negar que los italianos son los maestros del branding…
Y si bien es cierto que en los boxes la actividad es la habitual de cualquier campeonato, la cara visible del evento está pensada para que te sientas un miembro de la Scuderia más, con lo que ello implica.
En estas carreras de Ferrari, el fair play y la caballerosidad son imperantes. Si un día os acercáis a la Ferrari Challenge y reparáis en la media de edad de los pilotos actuales, comprobareis que superan con holgura la cuarentena. Atrás ha quedado la naturaleza combativa y estimulante para las nuevas promesas del futuro, este ya no es su terreno. Son carreras de club organizadas por Ferrari y para sus “Clienti”.
Así, lejos de de horarios programados y compactos programas de carreras, las Corse Clienti discurren con la pausa propia que un evento de tipo elitista requiere. No se deben al público asistente ni a las audiencias televisivas, solamente a su satisfacción.
Ferrari Challenge 488 GTB: un impresionante bólido de competición
Pero no nos engañemos, los Ferrari 488 Challenge son espectáculo puro. Lejos han quedado aquellos 355 prácticamente de serie, hoy en día son auténticos coches de carreras, preparados a tal nivel que apenas comparten elementos con sus hermanos de serie: downforce y aditamentos aerodinámicos por doquier, interiores propios de un avión de combate y sobre todo, una efectividad en pista intachable.
Así como el sábado el día fue estable climatológicamente hablando y con gran afluencia de público, el domingo, día en que nos acercamos a Cheste, amaneció torrencial en la pista y gélido en el paddock.
Las sesiones y tandas de clientes fueron discurriendo y los incidentes se sucedían debido a la lluvia, acusando la presencia del Safety car más veces de lo habitual para retirar las monturas.
En definitiva, lo innegable es que Ferrari siempre nos evoca a la cumbre del automovilismo, en todas sus vertientes. Y a pesar de ese cambio de paradigma en sus carreras monomarca, que nos hace dudar sobre si desmerece o desvirtúa la esencia de las carreras, os recomendamos que os acerquéis a un evento de la Ferrari Challenge.
Admirad las proporciones contundentes pero refinadas de los nuevos 488 GTB; confirmad con vuestros oídos que nunca un motor ha dado una sinfonía tan afinada; que a pesar de ser una copa donde participan varias decenas de desconocidos, el nivel técnico y tecnológico que se respira es de primer nivel.
Porque, a pesar de todo… “Una Ferrari sempre e un Spettacolo”.
Texto: Carlos Carballo. Fotografías: Carlos Carballo y Sergi Blasco. Todas las imágenes son propiedad de sus autores. Todos los derechos reservados.
