A lo largo de las 37 ediciones del Premio Ciudad de Alcañiz pasaron por el Circuito Guadalope innumerables pilotos. Algunos de ellos eran profesionales, muchos otros eran jóvenes en los inicios de sus carreras deportivas y también participaron pilotos veteranos y leyendas de este deporte que no querían perderse esta cita anual. Había pilotos amateurs provenientes de todos los rincones de España, e incluso chicos de la ciudad o los pueblos de alrededor, que ahorraban todo el año para disputar “Las Carreras de Alcañiz”.
Todos ellos construyeron poco a poco el palmarés e historia del Circuito Guadalope. Y en este articulo haremos un repaso de lo más destacado. Además, al final del artículo encontrarás el palmarés íntegro de la prueba.
Antes de seguir:
¿Ya has leído el reportaje de introducción a Las Carreras de Alcañiz?
Cómo interpretar el palmarés del Premio Ciudad de Alcañiz
El palmarés del Premio Ciudad de Alcañiz se estructura basándose en aquellos pilotos y vehículos ganadores en la categoría considerada “reina” de cada año. Esto hace que en cada época este distintivo fuera alternando.
- Las primeras ediciones eran los ganadores en la manga de sport-prototipos los que se adjudicaban dicho título.
- A partir de 1971, los que se alzaban a lo más alto de la carrera del “Grupo 2”, los turismos de mayor cilindrada y preparación.
- Para 1982 se desarrollaba una nueva categoría que iría cambiando de nombre; “Carrera Estelar”, o “Campeonato Abierto” entre otros, y que aglutinaban a diversas mecánicas procedentes de diferentes campeonatos, tanto de circuitos como de rallyes, y montaña, siendo los Sport-Prototipos de 2 litros (Barquetas) los claros dominantes.
- Para 1986 esta categoría se veía superada por los turismos, que recobraban el protagonismo con el Campeonato de España de Turismos Producción, que pocos años después pasaría a ser el CET que todos conocemos y añoramos.
- En 1995, una vez ya arrancado de Alcañiz el máximo exponente de los turismos en circuito, era la manga denominada “Superprestigio” la que se crearía para ser la categoría reina del Premio Ciudad de Alcañiz hasta su final en 2003, siempre con los turismos como protagonistas.
1965-1966: Los primeros protagonistas de Las Carreras de Alcañiz
Pelayo Martínez, alias “Favila”, a los mandos de un Nardi 1000 GT, ganaba en 1965 la “I Prueba Automovilística – Nuestra Señora de los Pueyos”. ¿El porqué del alias? En aquella época no estaba demasiado bien visto aquello de ser piloto de carreras, por lo que los seudónimos estaban a la orden del día.
Además, al propio Pelayo le servía para intentar enmascarar, o disimular, su relación con la organización, puesto que él fue uno de los principales consejeros del ideólogo de la prueba, el doctor Joaquín Repollés, y a su vez era también el presidente del Moto Club de Aragón y delegado de zona del RACE, ambos clubs organizadores de la prueba.

Para el año siguiente la prueba cambiaba de nombre, pasaría a ser el Gran Premio Circuito Guadalope. Pero lo más importante, Alcañiz lograba el coeficiente 10, lo que significaba que sería puntuable para los campeonatos de España.
Esta pequeña prueba que nació con carácter regional pasaba a otro nivel totalmente diferente. Si el año anterior uno de los organizadores ganaba a los mandos de un pequeño utilitario mejorado, este 1966 era un potente Porsche Carrera 6 (906) pilotado por Fernando De Baviera el que se llevaba la victoria en la categoría reina en esta segunda edición.



1967-1970: La irrepetible época de los sport-prototipos en Alcañiz
Hasta 1971, año en el que se prohibió la participación de los Sport-Prototipos, el palmarés del Premio Ciudad de Alcañiz fue espectacular para una prueba tan joven. En 1967 la victoria fue para otro Porsche Carrera 6, conducido por un piloto catalán que con el tiempo se convertiría en el piloto más recordado en Alcañiz, y un ídolo a nivel nacional; Juan Fernández.
La edición de 1968 se fue para Ben Heiderich, también con Porsche Carrera 6. Un año después Juan Fernández repitió victoria, esta vez ya a los mandos del poderoso Porsche 908 de la Escudería Montjuic. Y en 1970 el recital de Porsche llegó a su fin por todo lo alto, con una parrilla que quedó grabada para la historia. El piloto de Formula 1 Alex Soler-Roig se impuso, a los mandos del coche más potente y avanzado (en el contexto de su época) que ha pasado por Alcañiz, el Porsche 917-K, a dos grandes rivales como eran Jorge de Bagration y Juan Fernández.






En este punto es necesario parar y reflexionar sobre el contexto en el que se llevaron a cabo estas seis primeras ediciones. Alcañiz era la capital del Bajo Aragón, pero aun así era una histórica pero pequeña población del nordeste de Teruel en plena década de los años 60, en una España todavía algo atrasada. Este nivel de máquinas y pilotos era algo fascinante para la población y todo el público asistente, y estos años de puro espectáculo y riesgo con estos vehículos monstruosos marcaron a toda una generación que después sacó adelante sus carreras todo lo lejos que pudo.
Pero en Alcañiz no se disputaba una sola carrera cada edición, sino que desde 1966, cuando ya hubo tres categorías diferentes, la variedad de carreras con variedad de vehículos fue la tónica común. Y dentro de esta variedad de categorías destacó una por encima de las demás, que otorgó mucha de la fama y reconocimiento del que hoy disfruta este trazado urbano; las copas monomarca.
Las copas monomarca, clave del éxito popular del Circuito Guadalope
El idilio de Alcañiz con estas copas comienza en 1969, con la disputa de la “I Copa Nacional Renault-8 TS”. Los pequeños bólidos franceses encandilaron al público desde la primera edición, aportando unas carreras divertidas, llenas de toques, rivalidad, adelantamientos y mucha “chapa”. Además, también inscribieron en el palmarés del circuito una gran cantidad de nombres de pilotos que, con el tiempo, pasarían a ser referencia dentro del automovilismo nacional e internacional. Sin ir más lejos, esta primera carrera de la Copa Nacional Renault en el Circuito Guadalope se la adjudicaba ni más ni menos que Salvador Cañellas.
En las primeras posiciones de las clasificaciones de estas copas monomarca aparecen, a lo largo de los años, nombres como el propio Cañellas; Emilio de Villota, Carmelo Ezpeleta o Jaime Sornosa “Correcaminos”, todos con Renault 8 TS.



En 1983 la carrera de Alcañiz de la Copa Nacional Renault 5 Turbo se la adjudicó un tal Carlos Sainz. Con los R5 también lograron buenos resultados pilotos de la talla de Jesús Pareja, Luis López de la Cámara, Julián Piedrafita, o Eduardo de Aysa y Tómas Saldaña, ya con los Renault 5 GT Turbo.
Todo esto por nombrar algunos, y dejándonos muchos otros en el tintero, pues en 1988 nacían la Copa Citroën AX, que se unía a las copas nacionales de Renault, y la Copa Volkswagen Polo. Esto hizo que en la edición de 1989 se disputaran en Alcañiz hasta 5 carreras/finales solo de copas monomarca.






1970-1979: Primera época de esplendor para los turismos
De vuelta a los años 70, los vehículos importados se llevaron los laureles en los primeros tres años de la década; 1971 se iba para Rafa Barrios con Alfa Romeo GTAm, 1972 para Alberto Ruiz-Giménez con Ford Capri RS 2.6, y 1973 era para el príncipe Jorge de Bagration, también con Ford Capri RS.
A partir de 1974 la carrera del “Grupo 2” se reservaba a vehículos de producción nacional. Esto desató a lo largo de la década una apasionante lucha entre dos marcas; Seat con los 1430 y los 124, y Chrysler con el 180 de 2 litros. Las dos primeras, 1974 y 1975 se iban para la marca de Martorell con los 1430 de Jean-Claude y Teri Serra.






Un año más tarde cambiaban las tornas en favor de los Chrysler 180, que se llevaban la victoria en 1976, 1977, y 1978, en manos de Antonio Albacete (abuelo del actual piloto del CET, y padre del gran campeón en camiones), Jaime Sanz de Madrid, y Juan Carlos Oñoro.
Con este panorama, y las dos marcas volcadas en conseguir el campeonato de España de Velocidad, se llegaba al XV Premio Ciudad de Alcañiz de 1979. En el Circuito Guadalope los Chrysler no tenían su mejor día, y sucumbieron ante Hansi Bäbler y su Seat 124 2.0, que con un coche privado, se imponía al “124” oficial de Seat conducido por Salvador Cañellas.



1982-1989: el territorio de las barquetas y los coches de producción
Tras los dos años de parón que sufrió la prueba turolense, en 1982 el Circuito Guadalope empezaba su andadura en los locos años 80. Esa edición se la adjudicaba un piloto mítico ya para Alcañiz; Jorge de Bagration, que con su flamante Lancia Stratos, que muchos recordáis por los tramos de rallyes de toda España, se imponía a los espectaculares Seat 131 Grupo 5 de Santiago Martín Cantero y Arias.



Si bien las potentes “barquetas” fueron lo que más marcó al público asistente año tras año en Alcañiz, a partir de 1986 el Campeonato de España de Producción tomo un gran impulso.
El palmarés en esta década viviría el cambio de campeonato como categoría reina de los Sport-Prototipos a los Turismos, y quedaría así:
- 1982: Jorge de Bagration (Lancia Stratos)
- 1983: Juan Fernández (Lola-BMW)
- 1984: Fermín Vélez (Lola-BMW)
- 1985: Se suspende el Premio Ciudad de Alcañiz por Accidente.
- 1986: Juan Fernández (Osella-BMW) / Jaime Sornosa (Renault 11 Turbo) en Turismos.
- 1987: Pancho Egozkue (Lola-BMW) / José A. Sasiambarrena (VW Golf GTI) en Turismos.
- 1988: Guillermo Barreras (Renault 21 Turbo)
- 1989: Luis L. De la Cámara (Ford Sierra Cosworth)






1990-1995: protagonismo para los pilotos más polivalentes
A estas alturas del artículo, si eres un apasionado de los rallyes, ya te habrás dado cuenta de que muchos de los nombres que están apareciendo te son familiares. Y es que si algo tenía este trazado turolense, era ser un circuito donde los pilotos de rally y montaña ponían en grandes apuros a los especialistas en circuito.
Sus peculiares características hacían que cada vuelta fuera diferente, el piloto debía adaptarse, improvisar más que en un circuito permanente, y ahí es donde los campeones de los tramos marcaban distancia. Tanta como por ejemplo Josep Arqué, que sin ninguna experiencia previa en este trazado se adjudicaba la “Pole Position” para la manga del CET de 1993, con un Opel Calibra de “Division II”, por delante del todopoderoso Luís Pérez-Sala y su Nissan Skyline GT-R.






Pero es que un año antes, el ganador del Premio Ciudad de Alcañiz de 1992 fue el añorado Pep Bassas con BMW E30 M3, piloto que no necesita presentación, y durante la década, tres ediciones más se fueron para grandes campeones de subidas de montaña; 1995 y 1996 para Iñaki Goiburu (Citroën ZX 16V y Alfa Romeo 155 TS), y 1999 para Xavi Riera (BMW 320 i).
Aquí tenéis una curiosa lista de pilotos con victorias en Alcañiz, y campeones de España de Rallyes (Asfalto o Tierra).
- Juan Fernández.
- Alberto Ruiz Giménez.
- Salvador Cañellas.
- Juan Carlos Oñoro.
- Jorge de Bagration.
- Guillermo Barreras.
- Carlos Sainz.
- Pep Bassas.
El resto de ediciones de esta década de los 90 se repartieron de la siguiente manera; Luis Villamil abría la década con el Alfa Romeo 75 América en 1990. Al año siguiente, 1991, se fue para el Renault 21 Turbo de Eduardo de Aysa. En 1993 Luis Pérez Sala lograba al fin su victoria en Alcañiz, con el antes nombrado Nissan Skyline.
1994 con los Superturismos de Clase II FISA como protagonistas, y dos equipos oficiales ausentes como medida de presión en contra de la prueba alcañizana, se fue para el BMW 318 IS-4 de Alain Ferte. Este fue el último año del CET en Alcañiz.



1995-2003: La recta final del Circuito Guadalope
Tras las dos victorias consecutivas de Iñaki Goiburu (1995 y 1996) en la nueva categoría reina, el “Superprestigio”, 1997 se iba para Italia con Fabrizio Giovanardi y su Alfa Romeo 155 TS. La edición de 1998 se disputaría en el Circuito de Calafat por un desplante tardío de la federación, siendo el ganador Javier Cortés.
Y finalmente, como hemos dicho antes, Xavi Riera se llevaba el “premio” en 1999, y también los de las ediciones de 2000, 2001, y 2003. Dejando espacio solo para un nuevo nombre más, el de Ignacio Hervás, que se adjudicaba la penúltima edición a los mandos de uno de los nuevos Seat Leon Supercopa MK1.






Por último, comentar que este artículo se ha centrado en aquellos pilotos que inscribieron su nombre en el palmarés del Premio Ciudad de Alcañiz al subirse a lo más alto de pódium.
Pero 37 años de carreras dieron para interminables recuerdos y anécdotas. 37 años que nos dejaron ídolos que se quedaron sin victoria, duelos de infarto en categorías regionales y un sinfín de historias que seguiremos trabajando para acercaros a través de RetroRacing.es.



El palmarés completo del Premio Ciudad de Alcañiz
1965 | Pelayo Martínez «Fávila» | Seat Nardi 1000 |
1966 | Príncipe Fernando de Baviera | Porsche Carrera 6 |
1967 | Juan Fernández | Porsche Carrera 6 |
1968 | Berne Ben Heiderich | Porsche Carrera 6 |
1969 | Juan Fernández | Porsche 908/2 |
1970 | Alex Soler Roig | Porsche 917 K-1 |
1971 | Rafael Barrios | Alfa Romeo GTAm |
1972 | Alberto Ruiz Giménez | Ford Capri RS 2600 |
1973 | Príncipe Jorge de Bagration | Ford Capri 3000 |
1974 | Jean Claude | Seat 1430/1600 |
1975 | Teri Serra | Seat 1430/1800 |
1976 | Antonio Albacete | Chrysler 2000 |
1977 | Jaime Sanz de Madrid | Chrysler 2000 |
1978 | Juan Carlos Oñoro | Chrysler 2000 |
1979 | Hansi Bäbler | Seat 1430/2000 |
1982 | Príncipe Jorge de Bagration | Lancia Stratos |
1983 | Juan Fernández | Lola T298 BMW |
1984 | Fermín Vélez | Lola T298 BMW |
1986 | Jaime Sornosa ‘Correcaminos’ | Renault 11 Turbo |
1987 | José Angel Sasiambarrena | Volkswagen Golf GTI |
1988 | Guillermo Barreras | Renault 21 Turbo |
1989 | Luis López de la Cámara | Ford Sierra Cosworth |
1990 | Luis Villamil | Alfa Romeo 75 América |
1991 | Eduardo de Aysa | Renault 21 Turbo |
1992 | Pep Bassas | BMW M3 |
1993 | Luis Pérez Sala | Nissan Skyline |
1994 | Alain Ferté | BMW 318-IS/4 |
1995 | Ignacio Goiburu | Citroën ZX 16V |
1996 | Ignacio Goiburu | Alfa Romeo 155 TS |
1997 | Fabrizio Giovanardi | Alfa Romeo 155 TS |
1998 | Javier Cortés | BMW M3 |
1999 | Xavier Riera | BMW 320 I |
2000 | Xavier Riera | BMW 320 I |
2001 | Xavier Riera | BMW 320 I |
2002 | Ignacio Hervás | Seat León |
2003 | Xavier Riera | BMW 320i ST |
Texto: Carlos Casimiro.
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