El polifacético piloto José María Palomo, recordado por ser Campeón de España de Rallyes en 1969, falleció el pasado 30 de noviembre.
Nacido en Barcelona en 1946, Palomo tenía una personalidad marcada por una curiosidad infatigable por cualquier deporte que implicara velocidad. El puro placer de competir primaba en él, por encima la ambición de títulos. Por ello, su trayectoria deportiva es la antítesis de la de un deportista actual.
A esta trayectoria influyó de manera clara ser parte de una familia muy vinculada al motor. Su padre, Víctor Palomo Monegal, fue propietario del concesionario SAAB y también de Subway, un famoso importador de deportivos situado en el centro de la Ciudad Condal.
Por su parte, los aficionados al motociclismo recordarán la huella que dejó su hermano Víctor Palomo Juez, otro deportista excepcional con una enorme ambición, que nos dejó demasiado pronto debido a complicaciones derivadas de la diabetes que sufría.
En el año 1968, José María Palomo, tras haber conseguido el subcampeonato de España de Motociclismo de 1967 con OSSA, se unió a la aventura de participar en bobsleigh en los Juegos Olímpicos de Invierno en Grenoble, equipo en el que también estaba el ex-piloto Geni Baturone)(piloto al que recientemente dedicamos una vídeoentrevista).
Solo un mes después de aquel reto, José María Palomo volvía al automovilismo, subiéndose a un monoplaza de Fórmula 3 en Montjuïc y también a un Abarth 1300 OT para las pruebas de Resistencia; en paralelo, también se subía de copiloto de Geni Baturone a bordo de aquel inolvidable Ferrari 250 GTO.
Para 1969, Palomo entró con fuerza en los rallyes ganando el Campeonato de España con un Porsche 911 R. Durante los siguientes años alternó las carreras en dos y cuatro ruedas; ya fuera en Velocidad, Resistencia, Montaña o Rally.
Palomo se dejaba ver compitiendo con coches excepcionales como el Porsche 911 R, el Porsche 907 o el Alfa Romeo GTA; pero no desdeñaba los SEAT 600 y SEAT 850 en las categorías de Turismo Nacionales. Poco después añadió a la panoplia la Formula 1430, las 24 Horas de Montjuïc de Motociclismo y, por si fuera poco, la práctica del esquí náutico.
Nos ha dejado un deportista incomparable; arquetipo de una época.
Texto: Manuel Serrano. Fotos: Joan Segura. Todas las imágenes son propiedad de su autor. Todos los derechos reservados.
