Subidas de Montaña

“La Abuela”: El Renault 8 Gordini más especial que conocerás

 febrero 23, 2020

Por  Carlos Carballo

“La Abuela”. Estoy convencido que no puede haber un apodo más entrañable para un coche de carreras. Después de que Sergi nos haya introducido a la increíble historia de Tony Gomis, el dueño de este Renault 8 Gordini, vamos a entrar en materia precisamente con “la otra” protagonista para entender la carrera deportiva de este piloto británico, con más de 40 años en activo y 400 carreras a sus espaldas.

Preparaos, porque vamos a hablar de un coche muy especial que esconde en su interior mucho más de lo que aparenta en su exterior. 

Antes de seguir:

¿Ya has leído la apasionante historia de Tony Gomis?

Un Renault 8 Gordini 1300 lleno de barro inglés

si queremos entender bien la historia de este R8 Gordini 1300, debemos separar su vida en dos partes: la etapa “pre Tony”, con las características técnicas del vehículo en su etapa inicial como coche de rallycross; y los 45 años posteriores como coche puramente de Montaña, durante los cuales Tony ha llevado a cabo, de manera exquisita, toda una serie de modificaciones sin comprometer en ningún momento su originalidad estructural.

“La Abuela” se trata, en origen, de un Renault 8 Gordini 1300 creado por el departamento de competición de Renault UK, con el objetivo de competir de manera oficial en el Campeonato Británico de Rallycross de 1968. Para ello se construyó esta única unidad con matrícula TGC 640F.

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Si reparamos en las fotos originales de fábrica, aparte de disponer obviamente de volante a la derecha, encontramos una configuración muy espartana y limpia, apreciando un chasis levantado, con neumáticos de barro y donde se prestaba especial importancia a la refrigeración del grupo propulsor.

Los aletines de líneas más rectas es quizás su detalle más curioso.

Reparad en las fotos originales y veréis un vehículo de rallycross pensado para trabajar en regímenes altos, con no muchos cambios de marchas, pero sí con el consiguiente riesgo de obstruir los pasos de aire a los radiadores frontales a causa del barro o la nieve.

Es por ello que “La Abuela”, en su configuración inicial, llevaba un deflector dispuesto en contramarcha en su capó trasero, en aras de forzar el mayor cabal de aire limpio hacia el vano motor. En las ventanillas traseras se adaptaron sendas tomas de aire semicirculares que se encargaban de apoyar la refrigeración trasera, siendo estas removibles para cuando fuese conveniente su uso.

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Las particularidades de un Renault 8 de rallycross

En esta especialidad, disponer de una configuración “todo atrás” es una ventaja técnica para la fiabilidad del propulsor, quedando protegido atrás y pudiendo recibir el aire fresco propio del clima inglés sin miedo a calentones.

De lo que estamos convencidos es que, si llevar este coche es ya característico por su esquema de suspensiones, en un Renault 8 de rally y rallycross no debía sino radicalizarse todavía más peculiar comportamiento.

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El R8 dispone en el tren trasero de la característica suspensión por ejes oscilantes, un sistema no muy popular y de la que Renault se sirvió primero en el Renault 4/4 y posteriormente en el Renault 8. Este puede parecer un dato irrelevante sin más, pero no lo es cuando esta suspensión se encarga de transmitir la potencia al suelo. 

¿Os habéis fijado en las fotos en plena acción de la época? En efecto, la suspensión trasera adopta una convergencia negativa muy marcada cuando trabaja en apoyo debido a la suma de dos factores: el peso propio del grupo motor-cambio, y las inercias al estar “propulsando” el chasis.

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¿Qué significa esto? ¿En qué se traduce? En que, cuando trabaja en apoyo y genera esa convergencia, el tren trasero se ensancha, bajas el centro de gravedad y por lo tanto ganas estabilidad para el paso por curva.

Es por ello que la manera de inscribir un Renault 8 Gordini en una curva de manera eficiente es primeramente frenarlo en recto, y posteriormente inscribirlo en la trazada acelerando, forzando esa convergencia negativa, ensanchando el tren posterior y literalmente pegando la trasera al asfalto y dejar que las inercias provocadas por esta manera de “barrer” con la trasera acaben de completar la trayectoria. A todo este fenómeno se le llamaba “acuñamiento” y es por ello que en competición habréis visto los ejes traseros de R8 con una caída exageradamente negativa, y así contrarrestar al máximo ese factor técnico.

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¿Había forma de aprovechar tal fenómeno en el Rallycross? Realmente no, debido a la idiosincrasia de la prueba, donde se requiere de un coche con largos recorridos de suspensión, con cierta altura y buenos ángulos de ataque, sobre todo en la parte frontal. Así que solo se puede frenar el acuñamiento si se provoca que el eje del diferencial quede por debajo del eje de los bujes, y como eso comprometería dramáticamente su altura, en el rallycross La Abuela trabajaba con una configuración “en línea”.

Por eso, un largo recorrido de suspensión no hacía más que polarizarlo, aplastando la trasera en aceleración, y descolgándola en frenada. Sumado a la precaria adherencia del firme, conducir a “La Abuela” debía ser de todo menos fácil.

La restauración del R8 Gordini

Volvemos a la historia. Una vez completada la temporada 1968, Renault UK decidió no continuar el proyecto, así que el coche fue adquirido por el piloto oficial de la marca, quien participó a nivel personal en diversas pruebas de rallycross y rallys y, según nos cuenta Tony, literalmente lo destrozó.

Una vez Tony se hizo con “La Abuela” en 1974 (¡por 175 libras!), el R8 aún era un coche vigente en el mercado y con posibilidades de seguir dando guerra, pero Tony tenía ambiciosos y longevos planes para ella.

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El vehículo se restauró entero, de arriba a abajo, pero sin llegar a la desafortunada “sobrerestauración” tan común en nuestros días. “La Abuela” debe conservar lo que fue para seguir siendo lo que es, y por ello Tony ha conservado siempre la configuración original, que incluye:

  • El bloque original 1296cc, llevado a una cota de 1448cc.
  • Para poder acoplarse a la culata, las camisas del bloque se cierran en la parte superior en su diámetro original.
  • Alimentación mediante dos carburadores dobles Weber.
  • Potencia aproximada de 130 CV.
  • Peso aproximado entre 720 y 750 kg.
  • Una relación de unos 5.53kg/CV, valores nada despreciables incluso hoy en día.
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En cuanto la transmisión, conserva el cambio de marchas original con un característico gatillo situado en la caña de la palanca para no engranar la marcha atrás por error.

Y es que, por aquellas, los cambios tipo “dogleg” (con la primera velocidad situada abajo a la izquierda) no estaban ni por asomo popularizados.

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Ya que Tony deseaba un vehículo para asfalto y trazados rápidos, se decidió a convertir el Gordini en una herramienta para subidas en cuesta, sin largos y acusados cambios de apoyo. Por ello las suspensiones se bajaron, se endurecieron y “La Abuela” ganó músculo con unas llantas Targa de gran garganta y neumáticos semislick.

Exteriormente se conservaron los característicos aletines rectos y se decidió pintar el vehículo con el azul del R8 TS español, y no el Azul 418 del Renault 8 Gordini francés, que es ligeramente diferente. «Desconocía yo esa diferencia cuando pedí a un taller de Valencia que me la pintaran en ‘Azul Renault Competición’»,  nos cuenta Tony como anécdota. Se añadieron paragolpes y se suprimió su característica toma en el capó.

Un coche que habla por sí mismo

Quizás lo que más llama la atención de su carrocería es la infinidad de adhesivos y pases de las pruebas en las que ha participado, testimonio de toda una vida compitiendo junto a su inseparable dueño.

Mirad las ventanas traseras y empezad a sumar participaciones. Realmente se pierde la cuenta de los lugares, las pruebas y los años que lleva corriendo, siempre a caballo entre el Reino Unido, Francia y España. Si os interesa tener un listado más detallado, en el reportaje anterior añadimos un palmarés de Tony en competición que podréis encontrar en la parte final.

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Pasando la vista al interior, encontramos un espartano habitáculo, sorprendentemente original. En él se han conservado absolutamente todos los detalles de cuando “La Abuela” competía incluso en rallycross. Tampoco busquéis un trabajo “académico” de instalaciones eléctricas debidamente enfundadas, relojes nuevos y relucientes y salpicadero impoluto.

Este habitáculo nos explica las modificaciones hechas después de toda una vida de uso en este Renault 8 Gordini: relojes vetustos, adhesivos en inglés, instalaciones vistas sin la menor elegancia y a su izquierda, como si de un gran tótem se tratase, una montaña de tarjetas y pases de las pruebas en las que ha participado.

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Ah, seguro que los habéis visto, ¿qué hacen dos rollos de cocina colocados en sendas puertas delanteras?

Recordad que un vidrio empañado puede ser muy traicionero, y Tony es un hombre precavido y, sobre todo, tremendamente experimentado.

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En estado óptimo cinco décadas después

Como nos demostró tras arrancar con decisión durante esta sesión de fotos, “La Abuela” se mantiene en perfecta forma. Es un vehículo con 50 años pero plenamente vigente y utilizable, incluso siendo posible su desplazamiento por carretera si fuese preciso. Tony es un garajista de la vieja escuela inglesa, una especie en extinción que, a base de trabajo y de dedicación, cuida cada detalle él mismo, sabe disfrutar de la velocidad natural que ofrece su coche, pero sin llegar al límite.

Por lo que se sabe de su dilatado historial, “La Abuela” no ha sufrido nunca incidentes que hayan comprometido su integridad estructural, y podemos hablar que es una unidad sana. Tony dispone de recambios que ha ido recolectando con el tiempo y, además, el mercado de recambios está nutrido de infinidad de piezas para este modelo, asegurando su continuidad.

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¿Qué más podemos decir de tan entrañable dúo? Realmente poco, simplemente desear que un día la técnica avance lo suficiente para que los coches puedan hablar. Porque si “La Abuela” hablara, menudas batallitas se contaría…

Os invito a que, si un día coincidís con ellos en una subida en cuesta o en el próximo Motorland Classic en Alcañiz, os paséis a hablar con Tony. Disfrutaréis tanto como lo hicimos nosotros y descubriréis que la historia de una máquina no se escribe sin alguien detrás, haciéndonos ver lo increíble que es este mundo y cómo con trabajo, dedicación y mucho amor por lo que haces, se escriben historias increíbles.

Antes de seguir:

¿Ya has leído la apasionante historia de Tony Gomis?

Fotografías: Sergi Blasco, Carlos Carballo, Archivo Tony Gomis y otros autores. Todas las imágenes son propiedad de sus autores originales. Todos los derechos reservados.

Carlos Carballo


Carlos es de Barcelona, pero su credo bien le podría hacer pasar por modenese: es orgulloso propietario de un Autobianchi A112, se mueve por la ciudad en Vespa y su ídolo es (y será) Michael Schumacher. Si a ello se suman su formación como ingeniero y las palabras Epsilon Euskadi en su portfolio, a Carlos le sobran argumentos convertir en interesante cualquier tema que se proponga.

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