En el entorno de las carreras en Mallorca, hablar del Puig Major es hablar de la prueba con más historia y solera de las Islas Baleares. No en vano ya hace más de 50 años que se celebra, siendo durante muchos de ellos puntuable para el Campeonato de España de Montaña, en varias ocasiones también para el Campeonato de Europa, de Francia y el de Cataluña. Fernández, Vilariño, Riera, Teixidó, Barturone y muchos, muchos más corrieron aquí. También Manuel Juncosa nos explicaba su participación en esta prueba a bordo del Fiat Abarth 1000.
Su carretera ancha (sin curvas excesivamente cerradas pero con muchas de ellas enlazadas de radio medio, y un asfalto que se caracteriza por su poco agarre) se ha forjado a fuego el honor de ser la subida en cuesta de referencia en las Islas. Pero esos recuerdos quedaron atrás hace mucho. Primero dejó de ser puntuable para el campeonato de España, ya que disputarse a finales de septiembre con muchas veces el campeonato ya decidido, además de sumar el hándicap del desplazamiento a Mallorca y los costes crecientes, hicieron que la prueba se quedara solo para el Campeonato Balear.
La fuerte crisis que afectó al automovilismo balear en los años ’90, y la construcción de un parque de bomberos, hizo que la Subida al Puig Major viera como su trazado redujera a la mitad de su kilometraje, perdiendo la curva del mirador de ses Barques, una de sus señas de identidad.
Durante muchos años, la prueba ha estado enmarcada en el campeonado de baleares de Montaña, pero en 2013 un grupo de entusiastas aficionados pertenecientes a Clàssics de Mallorca se pusieron manos a la obra para que el Puig Major recuperara todo el esplendor que tuvo antaño, coincidiendo con el 50 aniversario de la primera Pujada al Puig Major. El objetivo era crear una prueba de exhibición, no puntuable para el regional Balear de montaña, recuperar el trazado de 8 kms y a ser posible reunir el mayor número de coches históricos que años atrás participaron en la prueba.
Los esfuerzos dieron sus frutos, al menos en parte, y este grupo de Clàssics de Mallorca consiguió reunir a un buen número de monturas históricas. Si bien la participación extranjera y nacional, que había más o menos confirmado su participación, al final se vio muy mermada, sí que sirvió para que muchos coches históricos, que hasta entonces estaban guardados y cubiertos de polvo, salieran de nuevo a la carretera, aunque fuera en la modalidad de regularidad.
También permitió a pilotos que hacía muchos años que habían colgado el casco, lo volvieran a desempolvar, y reunirse en un bonito meeting entre antiguos compañeros, aficionados y también jóvenes que no habían nacido cuando sus vehículos competían a toda velocidad por las rampas del Puig Major.
Desde entonces el evento ha quedado en el calendario balear como prueba no puntuable y más de exhibición que otra cosa, con la mayoría de vehículos inscritos en regularidad, y ahora cada año tenemos un buen fin de semana donde bellos vehículos clásicos hacen la Pujada al Puig Major en su trazado clásico.
En 2018 no podía ser menos y así, el pasado 21 de abril el Puig Major se volvió a convertir en un trazado de carreras usando su trazado íntegro de 8 kms, con sus curvas que reciben nombre como si de un circuito se tratara (Mirador, Es bancs, Ses tres Maries…), acogiendo a cientos de aficionados que acudieron a ver los vehículos clásicos.
Resultados de la Subida al Puig Major 2018
Como buena noticia, debemos destacar que se produjeron pocos incidentes de carrera. Alguna que otra salida de pista y alguna avería mecánica. Recordemos que todos estos vehículos salieron ya hace muchos años de la factoría. Quizás, la salida de pista más seria pero sin consecuencias fue la de Bartolomé Albertí con su Seat 124 (1979) en la última subida cronometrada, quedando el coche fuera de la carretera.
La subida estaba programada a tres subidas de entrenos por la mañana y por la tarde dos de carrera. Finalmente, se tuvo que anular una de las subidas de entrenos, ya que el tiempo se echó encima a los organizadores y hoy en día, las carreteras se deben abrir a la hora programada.
Velocidad en Cuesta
La categoría más pura de las presentes en el Puig Major 2018: un conductor, un coche, una carretera serpenteante y deslizante de 8 kms en ascenso contra el crono. Aquí los tres escalones del pódium fueron para conocidos de la afición balear.
La primera posición fue para Nadal Galiana, que se mostró incontestable obteniendo los mejores tiempos en todas las mangas de entreno y de carrera con su incombustible Ford Escort MK II (1975).
El segundo escalón del podio fue para Tacho, con su también Ford Escort MK II (1975) a 4 segundos de Nadal.
La tercera posición se la adjudicó el solleric Jaume Aguiló con su BMW M3 E30 (1986), ya a 7 segundos del primer clasificado.
En el apartado de velocidad también nos encontrábamos con un vehículo muy singular, el Lola T250 (1971) de Tommy Castañer, uno de los organizadores de la prueba.
Este vehículo estuvo semiabandonado en el mostrador de una gasolinera, hasta que hace unos años y con mucho esfuerzo consiguieron devolverlo a la vida. El tiempo, lo de menos. Lo importante es que al menos una vez al año, podamos ver esta joya rodar por las rampas del Puig Major.
Tramo cronometrado
En la modalidad de tramo cronometrado la victoria fue para Lluc Valls y Esteve Valls con un Renault 5 GT Turbo (1986). Dominaron en los entrenos y en carrera ratificaron sus buenas actuaciones de la mañana.
En segunda posición a casi nueve segundos, se colocaba el Porsche 911Sc (1983) de Thomas Oellig y de Alexander Beullich. El tercer escalon del podio fue para Antonio Riera y Andrés Aragón con un Mercedes Benz 190 E (1984).
Regularidad FIVA – FEVA
Pasando ya a los vehículos de regularidad, con una media de 50 km/h, los grandes dominadores de la prueba fueron la pareja Tomeu Bibiloni y Tomeu Segura, con un llamativo Fiat Abarth 1000 (1962) de color amarillo. Su triunfo fue un paseo militar, sin dar opción a ninguno de sus rivales.
La segunda plaza fue para Juan Miquel Colom y Toni Marí con un Seat 127 (1976), pero ya a más de 67 puntos. El tercer cajón del pódium fue ocupado por la pareja Bernadí Bibiloni y Silvia Ruiperz que se quedaron solo a tres puntos del segundo clasificado. Muy buen resultado al ser su debut con un Renault 5 Copa Turbo (1984).
Regularidad Sport
En esta categoría, más apretada que la anterior, la primera posición fue para una pareja habitual del regional balear de regularidad y que no se han perdido casi ninguna prueba Toni Verger y Toni Barceló, con su incombustible BMW 2002 tii (1973). Marcaron la primera posición en la primera subida, y ya no abandonaron esta posición.
La segunda posición fue para Luis Nigorra y Miguel Julià a 14 puntos de los primeros, con un espectacular Jaguar E-Type (1963). La diferencia solo fue de 14 puntos, aunque nunca hicieron sombra a la pareja Verger / Barceló.
En tercera posición se colocaban Bernat Frau y Pere Joan Barrer con un Opel Kadett Gte (1983), solo a 2 puntos del segundo y aprovechando los problemas en los equipos de medición de la pareja Vila / Sansó que quedaron muy abajo en la tabla, pero que en la primera ascensión habían marcado territorio.
A Bernat Frau se le vio como un niño con zapatos nuevos con su Kadett, ya que en el regional suele utilizar un bonito BMW.
Regularidad Super Sport
Categoría muy apretada entre los tres integrantes del pódium, dejando el cuarto clasificado a más de mil puntos del tercero, lo cual nos demuestra que muchos no se tomaron muy en serio la participación, saliendo a disfrutar de las rampas del Puig Major.
Finalmente, la victoria fue para Josep Hernandez con su peculiar y poco habitual en las carreras Volvo 122 Amazon (1962). La segunda plaza fue para David Guistí con un Alfa Romeo 1300 G,t a 8 puntos de la cabeza de la clasificación (1970), con la tercera posición para Ramiro Carbonell con su Golf GTI (1983), solo a 0.2 puntos del segundo clasificado.
Bonus Track, las exhibiciones de la Subida al Puig Major
Igual que en el pasado Rally Clásico Mallorca, aquí también contamos con ciertos vehículos haciendo las labores de coche cero, coche S o pertenecientes a la caravana de seguridad, pero que hacen que se nos pongan los dientes largos.
Adolfo Carasa nos dejaba buen sabor de boca con su fórmula Renault Tatuus (1996) que hacía las delicias de los aficionados. Los monoplazas son una “rara avis” que cada vez se ven menos en las pruebas de montaña.
Otro que tampoco dejó indiferente al público fue el Renault Megane Trophy V6 (2010) pilotado por el jovencísimo Mario Hekke que ya no es la primera vez que lo vemos en las rampas del Puig Major.
Otro Renault que salió de coche 0 fue el Renault 5 Turbo (1981) pilotado por Lorenzo Ferragut y Jaume Carbonell. Esta unidad es una vieja conocida de los aficionados de Baleares, ya que perteneció a Joan Tomás, uno de los pilotos más laureados de la las islas.
Y el que creo que fue el más esperado por el público, ya que hacía varias semanas se habían “filtrado” fotos en las redes sociales: el fabuloso BMW M3 GTR (2004) procedente del campeonato IMSA y participante incluso del Festival de la Velocidad de Goodwood, con nuestro ya casi mallorquín Jim Whelan al volante.
Aunque para mi, una joya que también gustó mucho al público aun habiéndola visto hace solo unos meses en el Rally Clásico Mallorca fue el Audi Quattro (1984) pilotado por Jimmy McLeod y Marc Salamanca. Además, nos hemos enterado que este vehículo que ha sido reconstruido durante más de diez años, y se ha hecho aprovechando un vehículo que fue siniestrado por ni más ni menos que Michele Mouton.
Esperamos ya ansiosos que el año que viene la prueba siga tomando más y más fuerza y permita al nombre del Puig Major volver a recuperar el status perdido en las últimas décadas.
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