Cualquier propietario de un automóvil sabe cómo de dañino puede llegar a ser el efecto del sol, la lluvia o la sal en la carrocería del vehículo. Esto se acentúa todavía más cuando hablamos de un coche clásico, por el simple hecho de su mayor antigüedad y por ende, una larga exposición a los elementos adversos.
Cuando se aprecia que la pintura ha perdido intensidad en algunos puntos de la carrocería (o en todos), y también cuando aparecen rayones o arañazos, es un buen momento para plantearse pulir el coche en busca de devolverle su color original. Nosotros hemos redactado una breve guía de introducción al pulido del automóvil.
Primera elección: ¿quién va a pulir el coche?
- Si el presupuesto no es un problema o si quieres ahorrar tiempo: te recomendamos llevar el vehículo a un especialista en pulido de coches y carrocería. Existen muchos centros especializados en detailing de vehículos que te asegurarán un trabajo profesional, al disponer de las mejores herramientas y el conocimiento necesarios para realizar la tarea.
- Si quieres ahorrar algo de dinero o si quieres aprender a pulir tu coche: en ese caso, vas a tener que seguir leyendo acerca de los pasos a seguir para pulir un coche clásico.
El proceso de pulido, en 5 pasos
1) Identifica el estado de la pintura de tu coche
Como norma general, se procede a pulir un coche cuando los daños sobre la carrocería afectan solo a la capa exterior de la pintura, formada por la imprimación (el color del coche) y el barniz exterior, que protege al vehículo, aunque no es infalible. Antes de continuar, ten en cuenta que, si los daños son más profundos, el pulido difícilmente los podrá solucionar.
2) Lava el coche antes de empezar
Pulir la carrocería del coche significa aplicar productos muy abrasivos que pulirán la capa dañada, para dejar sitio a la pintura más oculta y en buen estado. Eso significa que, antes de pulir, es vital realizar un lavado a conciencia del coche, a poder ser a mano y con esponja y cubeta, para asegurarte que la superficie quede impoluta.
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3) Descontamina con una clay bar
Relacionado con el punto anterior, y con el objetivo de que la pintura no sufra daños al pulir, te recomendamos usar una clay bar o barra de arcilla. Este producto resinoso atrapa la suciedad superficial para dejar el coche listo para el pulido.
4) Pule la superficie
Este proceso es el más importante. Para ello, utiliza una pulidora con distintos grados de abrasión, y ve de menor a mayor abrasión. El objetivo es clave: apartar las capas superiores, dañadas, y dejar espacio a las que se encuentran en buen estado, sin dañar excesivamente la pintura. Realiza el número de pulidos necesarios hasta que alcances el resultado deseado.
5) Finaliza el proceso con protecciones adicionales
Tras el pulido, el proceso todavía no acaba. Porque el éxito del resultado final dependerá, en gran parte, de cómo decidas proteger la pintura del vehículo a partir de este momento. Existen diversos métodos, como por ejemplo optar por un producto sellador que hará una función similar a la capa de barniz que trae de origen del coche, y que se ve afectada en un pulido.
Nosotros te recomendamos apostar por una cera de protección, que deberás aplicar sobre el coche tras un lavado en detalle cada 2 o 3 meses. Estas ceras contienen polímeros que ofrecen una gran protección, y al poderlas renovar cada ciertos meses, su protección siempre es máxima. Además, por nuestra experiencia, los coches clásicos suelen pasar la mayor parte del tiempo protegidos de la intemperie y sus salidas al exterior son limitadas, por lo que una cera es una protección más que suficiente en estos casos.
Pulir nuestros clásicos es una de las tareas tal vez más laboriosas y poco agradecidas, pero es primordial para que el coche atraiga todas las miradas y luzca una carrocería lo más próxima posible a su estado original.