Texto: Carles Jiménez para RetroRacing.es
Por segundo año consecutivo he tenido el honor de disputar el Rallye Monte-Carlo Histórico englobado en el equipo Seat Coches Históricos. El año pasado fue mi estreno, del que hice un pequeño resumen aquí. Pero menuda aventura la de esta edición…
Seat Coches Históricos en el Rallye Monte-Carlo Historique
Como en 2018, mi montura era el Seat 1430 FU 1600 del año 1973, pero esta vez a mi izquierda tenía a un nuevo compañero de equipo, ya que el periodista Josep Viaplana sustituía a Joan Dalmau. Dos coches más participaban en rally dentro del mismo equipo:
- Seat 124-1800 Gr.4 “Especial” de Salvador Cañellas – Eloi Alsina (réplica de la unidad de 1977).
- Seat 127 de Jaime Hernández – Anna Vives.
Día 1: De Barcelona a la Provenza en el Seat 1430 FU 1600
Nuestro Montecarlo histórico arrancaba el viernes 1 de febrero con una larga etapa de concentración. Eran las 19:00 cuando partíamos desde el Moll de la Marina de Barcelona, y las 13:30 del sábado cuando la competición empezaba en Buis les Baronnies, donde nos reunimos por primera vez los 320 participantes.
Debo decir que realizar más de 900 km. por carreteras secundarias y diferentes puertos con un coche de casi 50 años es ya toda una aventura, pero te lo tienes que tomar con calma, porque hay que llegar lo más fresco posible a la salida del primer tramo cronometrado de regularidad. Una vez calibrados y con las ruedas de clavos a punto, nos colocábamos en la salida de la primera especial… ¡y adelante!
Este año el rally empezaba con el difícil Col de Perty, cuya parte alta estaba muy muy delicada, así que optamos por la táctica de asegurar. Eran los primeros 50 km. y no se trataba de liarla. Al llegar a final de tramo, Josep no paraba de repetir que había sido muy difícil y que no podía hacer nada más. Yo también tuve la sensación de ir un pelo excesivamente conservadores, pero al ver el resultado, nos cambió la cara. Nada especial, pero habíamos superado a muchos equipos puesto que mucha gente había tenido varias incidencias, así que resultó que el ritmo que habíamos elegido no era tanto malo.
Quiero volver a remarcar que las condiciones en el col eran dificilísimas por el tipo de neumático que montábamos. El Montecarlo Histórico siempre se caracteriza por una difícil elección de ruedas, nunca montas las adecuadas, porque hay que encontrar un compromiso entre las zonas de hielo y nieve y las zonas de asfalto seco o húmedo.
El segundo tramo y último del sábado era Chalancon-Saint Nazaire, y era relativamente más sencillo. Todo en orden y dirección a Crest a hacer una pequeña asistencia y un C.H. Allí nos encontramos con dos sorpresas, y las dos negativas. La primera, que el Seat 127 del equipo había sufrido un problema mecánico y estaban luchando para recuperarlo y continuar. Y la segunda, una vez entrados en el CH, que la organización nos regalaba un reagrupamiento de 2 horas antes de llegar a Valence (pequeña paliza añadida a las 24 horas que llevábamos ya en marcha). El motivo era que el famoso parque cerrado del Champ du Mars de Valence se estaba teniendo que reubicar, debido a que los “chalecos amarillos” aprovechaban el acontecimiento para reivindicar.
Finalmente, llegábamos al hotel 27 horas después de haber salido de Barcelona, y faltando todavía 3 días más de rallys. Esto es lo que hace especial a esta prueba.
Día 2: domingo de supervivencia
El domingo teníamos 4 tramos por delante: Antraigues, Burzet, St Bonnet y Saint Pierre Col du Buisson. Nuestra sorpresa fue que amigos que teníamos situados en Burzet nos empezaron a preguntar si se anulaba el tramo. Empezamos a investigar y efectivamente, toda la zona había sufrido una nevada monumental.
Nosotros dirección al tramo 3, que este sí se iba a disputar. Pequeña asistencia antes de tramo para poner los neumáticos con más clavos (los famosos Burzets, con el mismo nombre que el tramo, ya indican lo extremos y específicos que son).
El tramo 3 era relativamente largo, unos 50km aprox., e íbamos encadenando diferentes carreteras estrechas, y la verdad que yo presionaba a Josep para que no bajara el ritmo. Al llegar hacia el km 30 de la especial habíamos adelantado a 5 coches dentro de tramo, la cosa estaba yendo bastante bien, hasta que desgraciadamente al encontrarnos un todoterreno de cara (recordad que el Monte-Carlo Historique se disputa en carreteras “abiertas” al tráfico) en un lugar muy estrecho lleno de hielo y nieve, frotamos el margen de nieve derecho y nos atrapó como una telaraña, cayendo lentamente en una cuneta imposible de salir. El mismo 4×4 nos intentó estirar varias veces con una cadena, pero el coche ni se movía.
Después de ser ayudados por 4 chicos del público, y de yo mover no sé cuántos metros cúbicos de nieve con la pala, el 4×4 hizo un nuevo intento esta vez desde la parte frontal, y el Seat 1430-1600 volvió al tramo. Claro, todo esto con el debido cabreo de otros participantes, los cuales no pasaban y perdían mucho tiempo igual que nosotros; desde aquí pido disculpas…
Al finalizar el tramo, ya sin mucha ambición puesto que habíamos perdido de 15 a 20 minutos, llegábamos a la famosa Remise (una pastelería donde históricamente en el Rally Montecarlo de velocidad, se obsequiaba a los pilotos con pasteles de manzana) y el ambiente era espectacular. Saludamos a la familia Vives que estaba siguiendo el rally, pero sin demasiado tiempo, puesto que nos comunicaban que el recorrido para llegar al CH de Saint Agreve estaba “fermée” y que nos teníamos que espabilar para llegar sin ser penalizados.
Después de horas de conducción por puertos llenos de nieve y esquivando varios líos, conseguimos llegar a Saint Agreve a nuestra hora, donde nos comunicaron que los 2 tramos que faltaban también se habían anulado. Parece mentira que un Monte se pueda anular por exceso de nieve, pero en Saint Bonnet mismo no se veía ni la entrada a tramo y las quitanieves no daban abasto.
Resultado: todo un día en el coche y sobre nieve, para solo computar un resultado…
Día 3: Mucho esfuerzo para poco beneficio
El lunes empezaba con uno de los tramos donde históricamente siempre hay nieve: Col de Echarasson. A pesar de hacer un pequeño recto en la 1ª paella del tramo, que estaba muy helada bajo la capa de nieve, conseguimos hacer un resultado correcto.
Y con un largo enlace por delante y un tramo que no sabíamos cómo iba a estar, me di cuenta que teníamos que aumentar el ritmo o penalizaríamos. Resultado: ¡qué hartón de correr que nos dimos! Y cómo disfrutamos de los paisajes nevados de la zona de Vercors…
Al final, llegamos con 4 minutos de antelación al CH. Nos lo habíamos currado, puesto que mucha gente penalizó, así que esperábamos recuperar posiciones. Nuestra sorpresa fue que al penalizar muchos participantes, y debido a las condiciones de las carreteras… la organización decidió anular las penalizaciones de este CH.
La decisión nos perjudicaba, pero el disfrute que tuvimos corriendo por esos enlaces nevados no nos lo quitará nadie.
Día 4: La Noche del Turini, el premio más esperado
Llegaba el martes, último día del rally, pero no por ello el más corto. El martes siempre consta de 2 partes: la primera, la bajada desde Valence hasta Mónaco, unos 300 km entre los cuales disputaríamos 3 tramos; y la segunda, la famosa noche del Turini, con salida del puerto de Mónaco y la disputa de 2 tramos por los Alpes Marítimos.
En el primer tramo de la mañana, con salida en Saint Nazaire, llegó el otro susto que tuvimos. Todo iba bien, pero al llegar a una zona de muchas paellas y llenas de hielo empezó el estrés. Josep lo fue solucionando bastante bien hasta que, al salir de una paella, vi que algo no iba bien.
Efectivamente, me avisó que el cambio no funcionaba, sin manera de engranar ninguna velocidad. Paramos como pudimos para no molestar demasiado, puesto que era una zona muy estrecha. Seguimos probando, llamamos a los mecánicos y con sus instrucciones (sin ellos todavía estaríamos allí) conseguimos engranar la segunda marcha.
Finalizamos el tramo como pudimos después de perder más de 30 minutos, y ya nos esperaba el coche de asistencia. Rápidamente solucionaron el tema del cambio, una varilla hacía el tonto.
A un servidor le tocaba calcular si con el tiempo perdido llegaríamos al CH o si tendríamos que saltarnos algún tramo. Nos arriesgamos y disputamos los dos tramos que faltaban antes del CH, y finalmente llegamos a 3 minutos de nuestra hora. Este año ha sido un estrés porque no ha habido ni un minuto de relax, entre problemas sufridos y las condiciones que nos hemos encontrado. Aparcamos el coche en el puerto de Mónaco sobre las 5 de la tarde, y aprovechamos para ir al hotel un par de horas antes de la noche del Turini.
Llegada la noche, salimos dirección Col de Braus para disputar los dos tramos que faltaban: una versión del Col del Turini subiendo por la Cabanette y Peira Cava para finalizar en La Bollene, y el último que era la bajada de Lantosque hacia Luceram.
Arrancamos el tramo y aquí ya no se trataba de regular demasiado. Con el pequeño motor del Seat 1430 FU 1600 y el montón de paellas en subida del tramo, no nos quedaba otra que ir a fondo. En la zona de hielo del Col de Braus pasamos a 2 coches, pero aun así teníamos que correr más. Al llegar a la zona de Peira Cava, antes de coronar el famoso Col de Turini, empezaba la nieve. Suerte que apareció en un trozo fácil, porque el coche decidió esta vez que no podríamos usar la segunda. Josep acabó el tramo como pudo, entre la primera y la tercera, cosa que no es fácil debido al desarrollo que llevamos.
Finalmente y después de disputar el último tramo, que estaba completamente seco, llegamos a Mónaco muy contentos de poder finalizar el rally, puesto que había sido realmente complicado, con mucha nieve y hielo, y satisfechos de llevar el Seat 1430 de Seat Coches Históricos entero al final del rally. Hay que reconocer a Josep Viaplana el gran esfuerzo que hizo, puesto que no es un experto en estas condiciones. Como copiloto, fue muy gratificante porque creía en todo lo que yo le decía y mejoraba a marchas forzadas.
Por mi parte, contento y satisfecho, puesto que deportivamente no acabó siendo un gran resultado (99ª posición de nuestra clase y 164ª posición final), pero la aventura, el aprendizaje y las vivencias sobrepasan al resto. Espero poder volver.
Carles Jiménez